El partido era parejo e incluso los Golden State Warriors iban un punto arriba en el marcador. Pero la realidad cambió cuando su figura, Stephen Curry, se dobló el tobillo al acercarse al aro y debió salir con dolor y cojeando. Desde entonces, la balanza se inclinó a favor de los Chicago Bulls que, con un estelar DeMar DeRozan, acabaron por vencer a los de San Francisco por 125-122.

Aquello grafica cómo son los Warriors con y sin el “Chef”. Actualmente, llevan un récord de 0-3 cuando su base no está en cancha. Klay Thomspon y Jonathan Kumminga intentan suplir su ausencia, pero ninguno es un especialista en triples como lo es Stephen, ni tienen el 40% de aciertos que tiene él desde larga distancia o el 90% en tiros libres. Curry, vale aclarar, lidera esta temporada a la NBA en triples con 290 aciertos.

Entonces, la falta de Stephen Curry es para los Warriors un verdadero problema. Desde la franquicia comunicaron que la lesión del 30 es un esguince en el tobillo derecho, pero que la resonancia magnética no mostró "ningún daño estructural en la articulación”, lo que reduce su recuperación. El próximo martes será reevaluado y esperan que Curry regrese pronto, pero de todas formas no estará frente a San Antonio Spurs ni, seguramente, frente a los Dallas Mavericks. Ya se ausentó un partido este fin de semana.

Calendario complejo

Los Warriors afrontan una durísima parte de la temporada. Están en la décima posición de la Conferencia Oeste y no tienen margen de error si quieren clasificarse a los play-in. Además, enfrentan a dos rivales directos por los puestos de clasificación: a los Dallas Mavericks (8º), el miércoles, y a Los Ángeles Lakers (9º), el sábado. Los de San Francisco rezarán por el regreso de su estrella porque, de lo contrario, la próxima semana puede complicarles muchísimo su objetivo.