En julio pasado, se conoció que la modelo rusa Irina Shayk y el mejor jugador de la historia de la NFL, Tom Brady, daban sus primeros pasos como pareja. Shayk compartió fotos románticas con el ex New England Patriots en su casa y se mostraron juntos en el Rolls Royce Negro del deportista. Compartieron, primero, un viaje a Los Ángeles; y, luego, se los vio juntos en Londres. Pero eso ya no sucederá… ¿o sí?

La semana pasada, la modelo fue captada por los paparazzis ingresando al complejo residencial de New York en el que vive Brady. Lo que generó muchas preguntas, puesto que hace un mes la pareja anunció su separación porque lo suyo se había “esfumado”. Lo llamativo es que existe una puerta secundaria, menos expuesta y por la cual podría haber ingresado Shayk, de no haber querido ser vista.

Por eso, su rebeldía llamó la atención, y dio lugar a sospechar de que el fugaz romance que tuvieron entre julio y agosto puede haber resurgido, aunque ninguna fuente oficial lo confirmó. Además, su imprudencia resulta difícil de interpretar ya que ella, un tiempo atrás, durante una entrevista para la revista Elle, se había quejado fuertemente de los periodistas por carecer de privacidad y haberse convertido en el “foco de atención” al comenzar a salir con Brady.

Incluso se refirió a un “acoso a su intimidad”, y aseguró que no soportaba tanta cobertura. En la misma entrevista, cuando se le preguntó por la actualidad de su relación con Brady, no quiso dar muchos detalles. Tampoco se expandió sobre su expareja, el actor Bradey Cooper, con quien se separó en 2019 tuvo una hija, pero se los vio vacacionar juntos este verano. Su vida amorosa parece un misterio, pero la ha llenado de pistas. Cuando le preguntaron por Cooper, fue tajante:

“Sin comentarios”, contestó.