Estos son los millonarios vehículos de Canelo Álvarez que no salen de su garaje. ¿Cuál es el motivo?
En esta nota te comentamos sobre los lujosos vehículos que posee Canelo Álvarez en el interior de su hogar. Pero, ¿por qué no los utiliza? Entérate a continuación.
Imagínate tener un garaje lleno de algunos de los autos más lujosos del mundo, pero nunca sacarlos a dar una vuelta. Suena absurdo, ¿verdad? Bueno, ese es precisamente el enigma que rodea a Canelo Álvarez, estrella del boxeo mexicano que tiene una asombrosa colección de autos. Desde DeporteGlam te contamos a continuación sobre el valor de esta colección y el motivo de no utilizarla.
¿Por qué Canelo Álvarez no utiliza sus vehículos de alta gama?
La razón detrás de esto no es sólo una cuestión de lujo para Canelo Álvarez. Si bien se podría esperar que esté al volante de sus lujosos autos, él elige disfrutar de la elegancia desde el asiento trasero y que lo lleven a destino. Para él, su colección de automóviles establece nuevos estándares para un estilo de vida lujoso y debería motivar a otros a trabajar duro y alcanzar el éxito.
La colección millonaria de Canelo Álvarez
Echemos un vistazo más de cerca a qué se encuentra exactamente en el garaje de esta estrella del boxeo mexicano. Encabezando la lista de su colección se encuentran un Ferrari LaFerrari valorado en hasta 2 millones de dólares, un Bugatti Chiron valorado en más de 3 millones de dólares y un Lamborghini Aventador SVJ con un precio superior a los 600.000 dólares.
Además, posee dos vehículos Mercedes Benz Clase G, uno de los cuales es una versión modificada valorada en alrededor de 1,5 millones de dólares. Y no olvidemos el Rolls Royce Ghost, símbolo de opulencia, valorado en más de 300.000 dólares. Cada auto es una obra maestra, un testimonio del gusto diverso de Canelo Álvarez y del amor por las cosas buenas de la vida.
Entonces, esta sería la intrigante razón por la cual Canelo Álvarez, a pesar de poseer una colección de autos que podría ser la envidia de cualquier aficionado a los automóviles, elige no conducir algunas de sus posesiones más preciadas. No se trata del impulso; se trata de la experiencia y la exposición que genera cada automóvil.
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