Hoy se habla de LeBron James como un ícono de la NBA y hasta se lo discute como el GOAT, a la par, para algunos, de Michael Jordan. Pero tal vez el día en donde la “leyenda LeBron” nació haya sido un 8 de julio, como hoy. O al menos ese fue el día en el que decidió dar un salto de calidad y dominar la liga. En un programa de televisión llamado The Decision, quien a los 25 años era jugador de Cleveland Cavaliers comunicó que dejaría Ohio y se mudaría a Miami, para representar a los Heat y ganar un Anillo de la NBA.

Era ese su gran objetivo y lo dejó claro en algunas ocasiones. “Fui a Miami para ganar campeonatos, porque sentí que en Cleveland no podría hacerlo”, afirmaría años después, ya en Los Ángeles Lakers. Es que LeBron, en siete temporadas, había brillado en la NBA al punto de ser MVP de la etapa regular en dos oportunidades, pero nunca había podido ser campeón y había perdido las únicas Finales de la NBA a las que había accedido, en 2007 ante San Antonio Spurs.

Por eso, el 8 de julio de 2010 decidió dar un giro en su carrera. Y se unió a Dwayne Wade y Chris Bosch para conformar un trío que alcanzaría la gloria, y que tendría como actores de reparto a Ray Allen y Mario Chalmers, entre otros. LeBron llegó a Miami Heat en 2010 y en su primera temporada alcanzó las Finales, aunque perdió ante los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki. Luego, vendría el bicampeonato de las temporadas 2011-12 y 2012-13, frente a Oklahoma City Thunder y San Antonio Spurs, respectivamente.

En la 2013-14 también pondría a los Heat entre los dos mejores equipos de la NBA, pero los Spurs se tomarían revancha, con un Kawhi Leonard excepcional. LeBron James consiguió en Florida elevar su nivel y agigantar su figura como no lo había hecho antes. Desde entonces, se convirtió en leyenda y llevó su éxito de vuelta a Cleveland (en 2014) y después a Los Ángeles (2019). Pero fue en los Heat donde ganó sus primeros dos Anillos y sus primeros reconocimientos al MVP de las Finales. Se fue de South Beach con 4 premios al MVP, 2 al MVP de las Finales, dos títulos y 30 años. Vigente, como siempre, siguió agrandando su legado por otra década.

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