A 40 años de la llegada de Maradona a Napoli: el detrás de escena
El 5 de julio de 1984, Diego Armando Maradona fue presentado en el San Paolo frente a 65.000 personas. Detalles y anécdotas detrás del traspaso que cambió la historia del fútbol.
El calendario también marcaba que era 5 de julio, como hoy. Pero ocurrió en 1984. Un chico de 23 años que ya había mostrado parte de su talento (aunque nada comparado con lo que se le vería) y que era uno de los fenómenos más codiciados del fútbol llegaba a la Societá Sportiva Calcio Napoli. Era un club pobre, en una ciudad pobre y con rendimientos pobres. Pero a Diego Armando Maradona no le importó; de hecho, le encantó. Y el 5 de julio de 1984, mientras lo aplaudía un Estadio San Paolo colmado, saludó a los hinchas que ya lo consideraban un ídolo, aunque aún no se hubiera puesto su camiseta.
Maradona había jugado las últimas dos temporadas en el FC Barcelona, en el fútbol español. Y aunque había expuesto parte de su calidad, en el equipo culé no se habían visto del todo convencidos con el 10, a raíz de algunas conductas extra futbolísticas, lesiones, enfermedades y suspensiones. Por lo que en 1984 empezaron a considerar seriamente vender a quien habían comprado por 8 millones de dólares. Ahí apareció entonces Corrado Ferlaino, presidente del Napoli, que necesitaba sacar a su club de un pésimo momento económico. Justamente esa realidad es la que hace tan insólito el hecho de que Diego Armando Maradona pasara al conjunto italiano. Resulta que Ferlaino aprovechó los desencuentros que existían entre Pelusa y la dirigencia del Barça, habló con el representante Jorge Cysterpiller y empezó a realizar un trabajo fino.
Llamadas, visitas, promesas, persuasiones. Hasta que finalmente lo logró: Corrado Ferlaino convenció a Maradona de convertirse en jugador del Napoli. El presidente del equipo italiano había viajado a España y luego de conseguir el “sí” de Maradona brindó, solo, tomando un whisky en un bar del aeropuerto de Barcelona. Donde tuvo lugar la siguiente anécdota: el barman le preguntó de dónde era, mientras le preparaba un trago y reconocía un acento extranjero, y Ferlaino contestó “napolitano”. Entonces, el trabajador del bar le dijo: “Ah, napolitano. Hoy le hicimos una buena jugarreta al Napoli, le vendimos a Maradona por un montón de dinero. Maradona está gordo, jugará un año y no jugará más”. Contó Ferlaino que en ese momento temió haberse equivocado. Y que aquella fue la última vez que tomó whisky.
Pero, de más está decir, para la tranquilidad de Corrado Ferlaino, aquel barman no podría haber estado más equivocado. Aquel susto, aquellas dudas, eran historia. Y el 4 de julio de 1984 Diego Armando Maradona llegó al Estadio San Paolo para cumplir con lo protocolar. Su bienvenida sería al día siguiente, pero debía hacerse un chequeo médico y firmar el contrato. El Napoli le ofrecía 800.000 dólares por temporada durante cuatro años, una casa con pileta y vista al mar, dos autos, porcentajes de ingresos a raíz de victorias, publicidades, partidos amistosos, etc. y diez pasajes aéreos de Nápoles a Buenos Aires, entre otros beneficios. El 10 tomó la lapicera e inmortalizó su compromiso con el club en un papel. Después conoció el verde césped, pateó al arco para divertirse y vio por última vez el San Paolo vacío.
Mira el video
Al día siguiente, comenzó jornada que nadie en Nápoles olvidará. El 10 se despertó, desayunó un jugo de naranja, un café con leche y medialunas y gozó lo poco de tranquilidad que tendría ese día. A las 15.30 llegó al San Paolo con un custodio que lo tomaba del hombro, sin saber cuánto eso le molestaba a Maradona. Vestido con boina celeste, bufanda y una remera Puma llegó a la sala de conferencias de prensa para hablar con los medios. Y enseguida vivió una situación que lo dejó perplejo. Un periodista le dijo: “Me gustaría saber si sabe lo que es la Camorra. Y si sabe que el dinero de la Camorra está en todas partes, incluído el fútbol”. Inmediatamente, Ferlaino tomó la palabra, acusó una falta de respeto y echó del salón al de la inapropiada pregunta. Maradona no sabía mucho de la mafia italiana todavía, pero tampoco le interesaba saber cómo el Napoli había podido financiar su llegada.
Poco después de ese incidente, entonces sí: su presentación oficial frente a sus fanáticos. Maradona recorrió los pasillos internos del San Paolo ya sin boina hasta que llegó a las escaleras. Subió de a poco cada uno de los peldaños, hasta que los 65.000 fanáticos lo reconocieron y estallaron en gritos eufóricos. Solo en la presentación de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid hubo más gente, pero era otra época, otro club; otra historia. Diego fue hasta el micrófono; la ovación no cesaba. “Buenas tardes, napolitanos. Estoy muy feliz de encontrarme con ustedes”, lanzó. Y se los ganó. “Quiero convertirme en el ídolo de los pibes pobres de Nápoles, que son como era yo cuando vivía en Buenos Aires”, dijo luego. Los sureños ya no necesitaban oír más. Estaban saludando a su nuevo ídolo. El momento se cerró con el morocho de rulos haciendo unos jueguitos y pateando a la tribuna una pelota blanca. Era el comienzo de una era.
Después de ese 5 de julio de 1984, lo conocido. El Napoli, que hasta ese entonces vagaba entre los últimos puestos de la tabla de posiciones, tomó cada vez más protagonismo. Vinieron figuras, se fueron otras. Pero durante siete años el más fiel se llamó Diego Armando Maradona y llevó al equipo a lo más alto. Ganó dos Scudettos, los primeros en la historia del club, un Copa Italia, una Supercopa italiana y una Copa UEFA. Fue el mejor jugador del mundo durante aquella época y anotó 115 goles en 259 partidos. Se convirtió en el máximo ídolo del conjunto italiano, le hicieron una estatua, un mural, un altar y hasta una religión. Cambiaron el nombre de su estadio por el del nacido en Villa Fiorito. Y lo lloraron, tal vez más que nadie, cuando el mundo lo despidió el 25 de noviembre de 2020. “Maradona está gordo, jugará un año y no jugará más”, opinó un barman cuarenta años atrás. “Que juegue para siempre”, continúan rezando los napolitanos.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión