Murió O.J. Simpson a raíz de un cáncer de próstata; una vida que tuvo absolutamente de todo (Vía: X).

Así fueron la infancia y la carrera en la NFL de O.J. Simpson

A los 76 años murió O.J. Simpson; una carrera llena de éxito, pero eclipsada por el jucio que protagonizó en 1995 por doble asesinato.
A los 76 años murió O.J. Simpson; una carrera llena de éxito, pero eclipsada por el jucio que protagonizó en 1995 por doble asesinato.
Viernes, 12 de abril de 2024 a las 11:43
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Murió O.J. Simpson a raíz de un cáncer de próstata; una vida que tuvo absolutamente de todo (Vía: X).

Según comunicó su familia, este jueves falleció O.J. Simpson a los 76 años y a raíz de un cáncer de próstata que padecía desde mayo de 2023. Fue uno de los mejores jugadores de fútbol americano de todos los tiempos, con una carrera plagada de récords y se convirtió en miembro del Salón de la Fama de la NFL en 1985. Pero el juicio que lo acusaba de un doble asesinato contra su ex mujer y un amigo de ella, del que fue absuelto, cambió su vida para siempre y opacó una exitosísima carrera. O.J. Simpson padeció en su infancia pobreza, abandonos y problemas de salud y se convirtió en uno de los más grandes corredores en la historia del deporte estadounidense. 

Orenthal James Simpson nació en 1947 en un barrio de San Francisco, California, donde abundaba la pobreza y la delincuencia. Cuando tenía cinco años, sus padres se separaron y su papá lo abandonó, dejando a Eunice Durden al cuidado de O.J. y sus tres hermanos. Tantas eran las carencias, que de niño Simpson sufrió raquitismo, que manifiesta un debilitamiento en los huesos a causa, generalmente, de la falta de Vitamina D en el organismo. Como no podían pagar una operación, O.J. utilizó durante un tiempo unos zapatos ortopédicos para fortalecer sus piernas. Su madre tuvo la brillante idea de que los usara en sus pies contrarios, ayudando aún más a la rehabilitación. Por fortuna aquello dio frutos, y de adolescente O.J. Simpson ya era un chico con grandes condiciones atléticas y una increíble velocidad. A tal punto que, envalentonado, protagonizó más de un lío en su escuela:

“Me metía en muchas peleas callejeras”, recordó alguna vez.

 

Simpson jugó en los Bills durante 9 temporadas (Vía: X).

A los 15 años Simpson fue detenido por robar una licorería. La delincuencia lo rodeaba y ese podría haber sido su único destino si no lo hubiera hallado Willie Mays, una estrella del béisbol que lo convenció de concentrarse en su talento y de dejar atrás los malos hábitos. Rápidamente, Simpson comenzó a brillar en la escuela como corredor de fútbol americano y acabó siendo becado en la Universidad de California. Allí se convirtió en el universitario con más yardas recorridas en todo Estados Unidos. En su primer año, 1967, acumuló 1.451, además de 11 touchdowns. Al año siguiente, 1.709. Y su nivel le valió el Trofeo Heisman a mejor jugador del país. En la USC también se desempeñó en el equipo de atletismo y fue parte del equipo que rompió el récord de la NCAA en la posta 4x100 en. 

 

La NFL y el “Tazón O.J.”

En 1968, en un duelo de temporada regular entre Philadelphia Eagles y Pittsburgh Steelers, ocurrió algo curioso. Se creía que el equipo que perdiera tendría una mejor elección en el siguiente Draft y así podrían hacerse de un joven Simpson; algunos llamaron a aquel partido el “Tazón O.J.”. Lo cierto es que ningún equipo anotó touchdowns y el encuentro finalizó 12-0 a favor de los Eagles producto de cuatro patadas. Finalmente, ninguno de ellos se quedó con la primera selección del Draft de 1969 y fueron los Buffalo Bills los que eligieron a Simpson. En el equipo de New York no se lució en sus primeras tres temporadas. Fue en 1972, al superar las 1.000 yardas recorridas, cuando la NFL disfrutó al jugador que deseaban.

El año siguiente fue el más consagratorio de O.J. Simpson. Terminó el 1973 con 2.003 yardas y se transformó así en el primer jugador en la historia de la liga en superar la barrera de las 2.000. Aquel récord y sus 12 touchdowns le valieron el reconocimiento como MVP de la temporada aquel año, un premio que históricamente ha quedado en manos de los mariscales de campo, aunque, cabe destacar, en aquella época todavía era frecuente que lo ganara un running-back. Sus últimas temporadas, las de 1978 y 1979, las jugó con la camiseta de los San Francisco 49ers, aunque no brilló. O.J. Simpson se retiró de la NFL a los 32 años siendo el 2º mejor corredor de todos los tiempos, con 19.236 yardas acumuladas. El de California, que en los últimos años fue superado y actualmente es el 17º en la lista, entró al Salón de la Fama de la NFL en 1985.

Simpson y su segunda esposa, asesinada en 1994 (Vía: X).

La muerte de su hija de dos años.

Aquella tragedia fue la causa de que dejara el fútbol americano. Simpson estaba casado con Marguerite Whitley y tenía tres hijos; Aaren, la menor, se ahogó accidentalmente en la pileta de su casa el 18 de agosto de 1979 y perdió la vida. Pese a que los paramédicos pudieron reanimarla, la niña, que fue trasladada inmediatamente al hospital, permaneció ocho días en coma hasta su defunción. O.J. Simpson se divorció de su esposa y volvió a casarse en 1985 con Nicole Brown, la misma que en 1994 aparecería muerta, dando pie al juicio más mediático en la historia de la televisión estadounidense. Desde ese momento, la marca de 9,1 segundos en las 100 yardas (el récord mundial era 9,3) quedó en segundo plano y O.J. Simpson se convirtió en algo más que un mero deportista

 

El juicio que lo marcó para siempre

Su segunda esposa, con quien tuvo dos hijos, fue hallada asesinada a puñaladas en la puerta de su casa junto a su amigo Ronald Goldman el 12 de junio de 1994. Enseguida, O.J. Simpson se convirtió en el primer sospechoso y protagonizó un juicio de ocho meses que se extendió hasta octubre de 1995. El caso tuvo una inédita exposición y fue sumamente divisorio en los Estados Unidos, por poseer condimentos como la discriminación racial, una celebridad y un crimen irresoluto. Simpson fue absuelto (aunque sería declarado responsable civil de las muertes en 1997), pero de todos modos su reputación quedó eternamente dañada. Había comenzado una carrera como actor y presentador de televisión, pero las mismas se dilapidaron tanto como su imagen pública.

Aunque había sido declarado inocente del doble asesinato, en 2007 un tribunal lo condenó por robo a mano armada, secuestro y conspiración. El ex jugador de la NFL apeló, pero sin éxito, y se le determinó una pena de hasta 33 años de prisión. En 2017 cumplió 70 años en la cárcel y se le concedió libertad condicional. Ayer, a pocos meses de cumplir 76, O.J. Simpson falleció de cáncer de próstata. Se trata de la muerte de uno de los más grandes jugadores de fútbol americano de todos los tiempos, miembro del Salón de la Fama, y protagonista de uno de los juicios más abordados en la historia de Estados Unidos. Estrella, violento, inocente, criminal; en cualquier orden. La vida de O.J. Simpson tuvo de todo, aunque a veces se recuerde de ella solo un poco.

 

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