Los Atlanta Hawks se llevaron de Chicago un valioso triunfo por 113-101 frente a los Bulls, que pese a los 31 puntos de DeMar DeRozan no pudieron frente a los de Georgia. La victoria dejó a los Hawks en el 10º puesto de la Conferencia Este de la NBA, siendo el último equipo que pelearía por un lugar en la postemporada (por ahora, enfrentarían a los Miami Heat de Jimmy Butler). El máximo anotador de los visitantes fue Bogdan Bogdanovic, que en realidad fue noticia por algo más.

El escolta serbio de 31 años anotó frente a los Bulls 20 puntos. Pero podría decirse que lo más destacado de su noche tuvo que ver con lo extradeportivo. Faltando poco más de un minuto para que finalizara el encuentro, pese a que su equipo ganaba, Bogdanovic, que estaba en el banco de reservas, se mostraba furioso e insatisfecho con algo. Arrojó una botella al suelo y, de pronto, se levantó de su asiento y enfrentó a su propio entrenador, Quin Snyder.

Estuvieron unos segundos cara a cara y el jugador se señalaba el pecho, enfurecido. Los compañeros debieron separarlos para evitar mayores sobresaltos, pero el serbio estaba fuera de sus cabales. El entrenador, por lo pronto, parecía algo más templado. De todas formas, luego de la victoria, ambos quisieron quitarle relevancia a lo sucedido. El coach declaró:

“Bogey estuvo fantástico y los dos nos encontramos juntos en una muy buena situación. Estamos mejor que bien. Lo que visteis no fue más que una discusión de baloncesto”.

Por su parte, el jugador también busco subestimar el conflicto y justificó lo sucedido como la “manera en que se expresan”. “Quin es mi chico, sin duda. Él estuvo presionándome durante todo el año. Tenemos pequeñas peleas. Es normal que suceda. Es triste que haya sucedido en un partido y se haya visto por la televisión, así que ahora parece más de lo que es. Simplemente forma parte de la manera en que nos expresamos entre nosotros. En nuestro mundo, eso es algo normal”, confesó.

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