En 1984, Michael Jordan no era ni un cuarto de lo que hoy significa su nombre. Sin duda era un fenómeno del baloncesto, eso sí: llegaba a la NBA como una estrella emergente. Pero ni siquiera había debutado aún y faltaban todavía 7 años para que consiguiera su primer Anillo. Aún así, Nike fue una suerte de profeta y se acercó a él con una propuesta que resultaría uno de los mejores acuerdos en la historia del deporte.
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Nike quería penetrar en el básquet y todavía era la tercera marca de indumentaria deportiva en Estados Unidos, detrás de Adidas y Puma. Por eso, le ofreció a Jordan un contrato de 15 millones de dólares por 5 años por usar sus zapatillas: el triple de lo que en aquel entonces le rendía su salario en los Chicago Bulls. Además, lo tentaron con su propia línea de calzado, las luego conocidas Air Jordan. Y MJ logró acordar un 5% de todas las ventas de dichas zapatillas, aunque jamás hubiera previsto cuánto dinero le significarían.
El objetivo, según reveló Nike, era lograr ventas por encima de los US $4 millones en el primer año de contrato de Jordan. Grata sorpresa para ellos, entonces, al observar que en 12 meses habían facturado más de 100 millones de dólares. Por supuesto, Jordan Brand creció exponencialmente con los años y fue la más beneficiada con los 6 títulos de NBA que obtuvo el 23. En 2018, vendió zapatillas por US $2.800 millones.
Pero el número más impresionante surgió este 2023: Air Jordan vendió su calzado por 6.600 millones de dólares. Esto quiere decir que el ex Chicago Bulls se hizo de US $330 millones en un año, casi el cuádruple de lo que recaudó a raíz de sus contratos en la NBA: ganó 94 millones en 15 temporadas. Lo que comenzó siendo una línea de zapatillas hoy tiene acuerdos con equipos de fútbol como el PSG; y ha crecido tanto, que Nike prevé que pronto se convierta en la segunda marca más importante de Estados Unidos, por encima de Puma y Adidas… y solo detrás del propio Nike.