Sudáfrica venció, en el Mundial de Rugby 2023, a Nueva Zelanda por 12-11, en una de las finales más ajustadas de la historia; y se convirtió en en el único tetracampeón mundial hasta el momento. Pero los All Blacks, que sufrieron en el encuentro una tarjeta roja y 2 amarillas, no pretenden aceptar la derrota con sencillez, por lo que acudieron a la World Rugby para presentar su reclamo formal respecto de algunas decisiones del árbitro Wayne Barnes en el partido.

La queja neozelandesa se centra especialmente en dos jugadas. La primera tiene que ver con la expulsión de su capitán, Sam Cane, en el minuto 29. El rubio tercera línea impactó con su hombro en la cabeza de Jessie Kriel, centro sudáfricano, lo que le valió la tarjeta amarilla. Pero tras revisar la acción y hacer uso de la flamante regla “búnker”, Wayne Barnes consideró que ameritaba la expulsión; y así fue. Varios minutos más tarde, el capitán springbok Siya Kolisi fue protagonista de una jugada similar frente a Ardie Savea, pero fue amonestado solamente. En Nueva Zelanda no comprenden la diferencia de criterio para dos situaciones, a su entender, casi idénticas.

Mira las jugadas de la polémica

Las jugadas que los neozelandeses comparan: Cane y Kolisi (Vía: X).

Otra acción que motivó el reclamo fue la anulación del try de Aaron Smith. El medio scrum neozelandés anotó tras una excelente jugada de Richie Mo´unga, pero un knock-on varias fases atrás hizo que Barnes no convalidara el try all black. El entrenador de los de negro, Ian Foster, se refiró al tema tras su arribo a tierra natal:

“Hemos enviado un archivo a la World Rugby para que hagan algunos comentarios. Creo que la prensa puede adivinar las jugadas que deseamos aclarar. Ojalá la WR lo haga”, dijo.

¿Amenazas de muerte?

Luego de la final del Mundial, Polly Barnes, la esposa del referí, se despidió del Stade de France con una frase que llamó mucho la atención: “No te echaré de menos, ni a ti, ni a las amenazas de muerte”, dijo. Aunque no se extendió, hay motivos para creer que el árbitro las haya recibido. Cabe destacar que, en 2007, Barnes había dirigido a Nueva Zelanda frente a Francia en la que fue la eliminación de los oceánicos en cuartos de final de aquel Mundial. Tras aquel día, donde había amonestado a un jugador de negro, su esposa y sus hijos habían sido amenazados, por lo que el colegiado estuvo 8 años sin volver a protagonizar un encuentro de Nueva Zelanda, hasta 2015.