Cuando Bin Laden salvó de la quiebra a Williams
A fines de los 70, Frank Williams fue a Arabia Saudita en busca de patrocinadores y negoció con la familia Bin Laden, que fue clave en la primera victoria de Williams en la Fórmula 1.
Osama Bin Laden necesita poca introducción. Se sabe que se trató de un famosísimo terrorista de origen saudí que fundó el grupo Al Qaeda y fue el responsable de las caídas de las torres gemelas, el 11 de septiembre de 2001. Y se sabe que fue perseguido por el gobierno de Estados Unidos durante una década hasta que lo asesinaron en 2011, como parte de la Operación Lanza de Neptuno en 2011. Lo que seguramente no se sepa mucho es que la familia Bin Laden, casi medio siglo atrás, fue fundamental para que la escudería Williams de la Fórmula 1, que se prepara para el Gran Premio de México, no desapareciera.
Frank Williams tuvo a su cargo durante los 70 el equipo Frank Williams Racing Cars de la Fórmula 1, pero en 1976 Walter Wolff le compró la escudería, la rebautizó “Wolff Racing” y relegó a Williams al cargo de jefe de equipo. Wolff Racing ganó la primera carrera que corrió, en el Gran Premio de Buenos Aires, pero al cabo de un año algunas irregularidades hicieron que acabara fundiéndose. En ese entonces, Wolff despidió a Frank Williams como jefe de equipo y esto hizo que el británico se convenciera de que quería reconstruir, desde cero, el proyecto que unos años antes había emprendido y que le habían arrebatado. Quería fundar nuevamente Williams. Y se unió con Patrick Head para ello. Pero no tenía fondos.
Entonces, en 1977, con el objetivo de relanzar el equipo que hoy es conocido como Williams, Frank Williams empezó a gestionar patrocinios provenientes de Medio Oriente. Con la ayuda de un piloto de Fórmula 3 que actuó como intermediario, logró acordar una reunión con el príncipe Sultan Bin Salman y en enero de 1978 lo fue a visitar a su palacio real en Riad, Arabia Saudita. Dice el mito que lo primero que llamó la atención a Frank Williams fue la ruta que lo conducía hasta el palacio, rodeada de jardines y árboles en una zona teóricamente desértica. ¿Lo curioso? Había sido diseñada por la familia Bin Laden, que tenía una empresa constructora.
Williams se reunió con el príncipe, le explicó su proyecto y, pese a que el desinterés por el automovilismo era total, oyó lo que había ido a buscar: “Yo te voy a ayudar”. Después de ello, fueron varias las empresas árabes que hicieron su aporte al equipo de Frank Williams: Saudia Airlines aportó 835.000 dólares; Dallah Avco, que se encargaba del mantenimiento de los aeropuertos, 200.000: Albilad, 300.000; y Techniques d’Avant Garde (TAG), vinculada a la defensa saudita, 400.000. Pero, si bien no fue el más grande, el sponsor más recordado claramente es el de la empresa Bin Laden, que, se estima, colaboró con entre 50.000 y 100.000 dólares.
Las negociaciones para que la compañía invirtiera en el equipo Frank Williams las llevó adelante con Salem Bin Laden, ya que el padre y fundador, Mohammed, había fallecido una década atrás; Osama estaba alejado de sus parientes y de la empresa familiar hacía tiempo. Y en esa época ya se estaba preparando para luchar en la Guerra de Afganistán y pronto fundaría el grupo Al Qaeda. El patrocinio de Bin Laden no duró mucho, pero le alcanzó para una foto que hoy, 45 años después, se resignifica totalmente.
La primera victoria de Williams y el logo de Bin Laden
Los aportes saudíes hicieron de Williams un equipo competitivo en la Fórmula 1. Pasó de sumar 11 puntos, 75 menos que el campeón Lotus, en 1978, a cosechar victorias en 1979 (y más adelante, a aglutinar Campeonatos de Pilotos: en 1980 llegó el primero). En ese 1979 se vio una imagen que hoy resulta, como poco, llamativa. El 14 de julio de 1979, en el Gran Premio de Silverstone, Alan Jones, de Williams, el que se había hecho con la pole position el día anterior, tuvo problemas en su auto. Y quien lo aprovechó fue su compañero, Clay Reggazzoni, que tomó la punta y acabó firmando la primera de las 114 victorias de Williams en la historia de la Fórmula 1. Al pasar por la bandera a cuadros, en el auto del suizo, a un costado de su número 28, dos patrocinadores que ese día aumentaron su exposición: Baroom… y Bin Laden.
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