Calvin Ridley comenzó la temporada pasada de la NFL en un espectacular nivel, así como lo había hecho su equipo, los Jacksonville Jaguars. Pero con el correr de los meses la franquicia se fue diluyendo y al concluir el año se quedaron afuera de la postemporada, con un récord de 9 victorias y 8 derrotas. De todas formas, Ridley, en 17 juegos, acumuló 1.016 yardas y 8 touchdowns. Números que le justifican el salario que tendrá.

Uno de los más grandes bombazos de este invierno fue la contratación de Ridley por parte de los Tennessee Titans. La franquicia, que cuenta con Brian Callahan como flamante entrenador, aprovechó la agencia libre para fichar, primero a Tony Pollard, de Dallas Cowboys, y luego a Ridley. También Mason Rudolph se incorporará a los Titans. Por ende, la ofensiva podría estar integrada por Levis, Hopkins, Pollard, Ridley y Rudolph como mariscal. A raíz del traspaso de Ridley, los Jaguars aún le deben a los Atlanta Falcons una selección de tercera ronda del Draft de la NFL.

Según trascendió, la oferta que los de Tennessee le hicieron a Calvin Ridley involucra 92 millones de dólares por cuatro años, es decir, un promedio de 23 por año. Se trata de un contrato muy alto para un no-mariscal, aunque no alcanza los 30 millones anuales que gana Tyreek Hill. Los agentes del jugador, David Mulugheta y Reza Hesam, lograron garatinzarle totalmente a su representado al menos 50 de esos 92 millones. Con 29 años, Ridley buscará conservar su nivel. Al finalizar la temporada pasada, había dicho:

“Tener este año en mi haber fue realmente importante. Salí sano de esta temporada. Sé que soy un buen jugador con seguridad. Me siento joven. Todavía puedo correr, te lo aseguro”.

Mason Rudolph es el otro nombre con el que los Titans se reforzaron. El quarterback de 28 años no renovó con los Pittsburgh Steelers y llegó como agente libre. Fue importante la temporada pasada luego de la lesión del titular Keny Piccket: con Rudolph los Steelers ganaron los últimos tres partidos de la etapa regular y alcanzaron los play-off, aunque allí fueron vapuleados por los Buffalo Bills de Josh Allen.