Daniel Evans: superó su adicción a la cocaína e hizo historia en el US Open
Evans ganó el partido más largo en la historia del US Open. Conflictos y polémicas que comenzaron cuando era joven y la suspensión que sufrió por consumir cocaína.
El tenista británico Daniel Evans (184º) hizo historia en el US Open: ganó, en la primera ronda, el partido más largo en la historia del torneo. Venció en la Cancha 6 al ruso Karen Kachanov (22º) 6-7, 7-6, 7-6, 4-6 y 6-4 en 5 horas y 35 minutos, luego de estar abajo 4-0 en el quinto parcial, y extendió su supremacía sobre el moscovita: está 5-0 en el historial entre sí. Una épica que superó en longitud la batalla que Stephan Edberg le ganó a Michael Chang en las semifinales de 1992, que duró 5 horas y 26 minutos. La de Daniel Evans es una historia de resiliencia: su carácter le valió algunas sanciones cuando era joven que hicieron que perdiera apoyo económico, estuvo un año sin jugar tras dar positivo de cocaína, regresó revitalizado, fue campeón por primera vez y llegó a vencer a Novak Djokovic.
Daniel Evans nació en Birmingham en 1990 y de chico comenzó practicando squash, hasta que optó por un deporte un tanto similar: el tenis. Tenía mucho talento y como adolescente lo demostraba, pero sus condiciones se veían siempre contrarrestadas por una cuestionable conducta. Evans acumuló suspensiones desde los 16 años. En el torneo juvenil de Wimbledon del año 2006, fue expulsado del certamen por “comportamientos inadecuados”. Dos años después, también en el All England, se ganó una suspensión de 4 meses por ser fotografiado en una discoteca mientras se llevaba adelante el torneo. Y en 2010, a raíz de sus problemas de conducta, la Lawn Tennis Association (LTA) le quitó el financiamiento que le proporcionaba. Mientras tanto, a nivel deportivo, mostraba un paulatino ascenso.
Mira el final del histórico partido de Evans
En 2016 ingresó al Top 100 del ranking ATP y en 2017 alcanzó el puesto 55º, poco antes de que todo se derrumbara. En abril de ese año se sometió a un control antidoping que al poco tiempo arrojó impactantes resultados: Evans había consumido cocaína. Pocos días después, el británico confesó que se trataba de una adicción que no lo enorgullecía e hizo su descargo:
“La cocaína es una droga muy dura y no solo en el deporte, es terrible también en la vida. Arruina vidas. Es lo peor que he hecho en la vida. He decepcionado a mucha gente y no solo eso, he traído mala prensa al tenis. Solo Dios sabe lo que alguno de los grandes de este deporte habrá pensado cuando vio algo así en los titulares”.
La ATP lo suspendió durante un año y Evans estuvo sin jugar en el circuito entre junio de 2017 (cuando se conocieron los resultados) y abril de 2018. Regresó sin puntos en el ranking y tenía por delante dos grandes desafíos: con 28 años, empezar prácticamente desde cero su carrera; y reconstruir su reputación e imagen. El segundo no fue nada sencillo. En primer lugar, porque él mismo tenía dificultades para abrazar su realidad: “El problema es que durante el año que estuve suspendido era incapaz de aceptarlo y me odiaba a mí mismo. Hice las cosas muy mal durante la sanción, era incapaz de controlar mis emociones y seguí comportándome como un estúpido”, confesó. Y, además, porque el entorno no era tan empático: “Hubo torneos que me negaron invitaciones, pero no dejé que la ira volviera a dominarme”.
Pero, de a poco, Evans se fue haciendo un lugar en el tour. Y a los 30 años vivió un renacer. Había comenzado a trabajar con un psicólogo deportivo que sería clave en su resurgimiento y lo había ayudado en el aspecto mental: “Me dio buenos consejos, aquellas sesiones no tuvieron precio. Cuando perdía, empezaba a dudar de mí mismo, pero él me hablaba de la perspectiva y me decía que tenía mucho tiempo por delante y que todo no iba a ocurrir rápido”, expresó Evans, que en la temporada 2021 vivió sus días más felices. En enero, ganó el primer título de su carrera en el ATP 250 de Melbourne, al vencer en la final al canadiense Félix Auger-Aliassime por 6-2 y 6-3. Y en abril, en los octavos de final del Masters 1000 de Montecarlo, se dio el gusto de ganarle a Novak Djokovic, por entonces número 1 del mundo, por 6-4 y 7-5. El triunfo más resonante de su carrera.
En un 2021 plagado de emociones y con Andy Murray lidiando con sus problemas físicos, Daniel Evans se convirtió en el británico mejor ubicado en el ranking: llegó al puesto 26º. Desde entonces, Evans atravesó algunas irregularidades, pero el año pasado levantó su segundo y último título hasta ahora. Fue campeón en el ATP 500 de Washington, en cuya final batió al neerlandés Tallon Griekspoor 7-5 y 6-3. En este 2024, aunque tuvo un andar irregular, Evans volvió a vivir grandes emociones. En los Juegos Olímpicos de París, jugó el dobles con su compatriota Murray y se dio el gusto de acompañarlo en el que fue el último torneo como profesional del tricampeón de Grand Slam. Y Flushing Meadows también lo agasajó. En la primera ronda de este US Open, remontó una increíble batalla frente a Kachanov y, después de 5 horas y 35 minutos, acalambrado y exhausto, se metió en los libros de historia. Daniel Evans, el tenista que dejó atrás los conflictos, las sanciones y la cocaína y relanzó su carrera después de cumplir 30 años.
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