La serie estaba 2-1 en favor de los New York Knicks. Por eso era realmente un partido bisagra. Los Philadelphia 76ers querían hacer lo imposible por igualar los cuartos de final de la Conferencia Este de la NBA; y los neoyorquinos, por ponerla 3-1 y prácticamente sentenciarla. Finalmente, en gran parte gracias a Jalen Brunson, fueron los Knicks los que acabaron contentos. Y Joel Embiid lo dejó claro al decir que estaba “decepcionado” por la cantidad de aficionados.
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El partido fue de trámite parejo, con dos cuartos para cada equipo, aunque cerca del final los 76ers comenzaron a fallar cada vez más, permitiendo una remontada de los visitantes. El resultado final fue 97-92 a favor de los Knicks, como consecuencia de un Jalen Brunson encendido: aportó 47 puntos y 10 asistencias. Entre los locales, se destacaron Joel Embiid, Tyrese Maxey y Kelly Oubre Jr., con 27, 23 y 19 puntos, respectivamente. Pero, sin el desempeño que se esperaba de Kyle Lowry (7), no pudieron evitar la derrota en el Wells Fargo Center.
La performance de Brunson resulta un récord por partida doble. Primero, sus 47 puntos son su mayor registro de tantos en un partido de play-off. Segundo, son además la mayor cantidad de puntos de un jugador de los Knicks en un partido de postemporada… ¡en toda la historia! “¡MVP! ¡MVP!”, le cantaban los aficionados de New York a su base, mientras por el lado de los Sixers se oía lo mismo, pero dirigido a Joel Embiid.
Justamente, sobre los aficionados fue que se pronunció el pívot nacido en Camerún. Embiid, que dolorido en su rodilla (y luego de anunciar que sufre parálisis de Bell) no tuvo una actuación descollante, habló sin pelos en la lengua tras la derrota y se quejó de la cantidad de fanáticos que habían venido desde Nueva York y se habían hecho sentir:
“Ha sido decepcionante. Amo a nuestros aficionados, así que no voy a echarles la culpa, pero es una pena. Obviamente los Knicks tienen muchos fans, pero están jugando fuera de casa. Nunca había visto algo así en los 10 años que llevo aquí, y me molesta porque Philadelphia es considerada una ciudad muy apasionada por los deportes. Esto no debería pasar, no está bien”.