Los Ángeles Lakers vencieron 128-122 a los Phoenix Suns como visitantes en un partido de pretemporada de la NBA el último jueves, mientras se preparan para el debut oficial del próximo 22 de octubre ante Minnesota Timberwolves. Se lucieron Anthony Davis y Delto Knecht, ambos con 35 puntos, y Bronny James aportó cuatro. El que no estuvo ante Kevin Durant y compañía fue su padre, LeBron, que el mismo día había compartido en redes sociales una riesgosa situación que vivió en el baño de su hotel.

Al momento de ducharse, antes de ir a acompañar a sus compañeros al Footprint Center, LeBron se encontró con un escorpión, un bicho nada inusual en Arizona. Lo aplastó y, con humor, luego les contó a sus fanáticos su gran susto:

“Intentó picarme cuando estaba en la ducha. Por suerte, iba caminando con la cabeza agachada y lo vi arrastrándose. Bienvenido a Arizona”, bromeó en su cuenta de Instagram.

Lo cierto es que más allá de las risas, King James se salvó de algo que podría haber sido serio. Los ambientes oscuros y húmedos son propicios para la aparición de estos llamados “escorpiones de corteza”. Y en Arizona suele haber varios de ellos, que tienen características particulares: miden entre 2.5 y 3.8 cm de largo; su color puede variar, por lo que no es un indicador fiable para identificarlo; y tienen la capacidad de brillar con un verde intenso bajo la luz ultravioleta.

Este tipo de escorpiones suelen aparecer en baños, lavaderos, toallas y zonas húmedas. Trepan casi cualquier superficie y realmente son peligrosos. Entre sus riesgos, de los que LeBron evidentemente se salvó, aparecen los siguientes:

• Dolor local y sensación de ardor sin hinchazón ni enrojecimiento notables.
• Entumecimiento y hormigueo que pueden extenderse por diferentes partes del cuerpo.
• Trastornos visuales temporales.
• Dificultad para tragar en algunos casos.
• En situaciones raras, problemas respiratorios que podrían llevar a un paro cardiaco.