Las apuestas son un tema muy recurrente en el deporte y sobre todo en el básquet. Hace algunos días, el jugador de 24 años de Toronto Raptors Jontay Porter comenzó a estar bajo sospecha por lo irregular de sus partidos los días 26 de enero, frente a Los Ángeles Clippers, y el 20 de marzo, frente a Sacramento Kings. Desde entonces la NBA comenzó una investigación que podría acabar con su carrera.

La NBA aseguró que está terminantemente prohibido que los propios jugadores puedan apostar a partidos de su liga. E incumplir la norma podría derivar en sanciones de todo tipo: económicas, deportivas, legales. El comisionado Adam Silver no subestimó lo sucedido:

“En lo relativo a las apuestas, no hay nada más serio en la liga que apostar a nuestros propios partidos. Eso implica directamente a los jugadores. La investigación aún está en marcha, pero las consecuencias podrían ser muy severas”.

Si bien se desconoce si Jontay Porter es o no culpable, lo ocurrido en aquellos dos partidos llamó la atención de muchos. El jugador acusó dos lesiones por las que debió abandonar la cancha, a los tres y cuatro minutos, respectivamente, cuando todas sus estadísticas estaban por debajo de lo proyectado. Curiosamente, en los dos casos, apostar por que no cumpliría los estándares pagaba mucho dinero.

Silver se refirió a la posible sanción y su declaración fue contundente: “Tengo un enorme abanico de medidas disciplinarias, pero lo que ha hecho es un pecado capital en la NBA. La medida definitiva, la más extrema, sería vetarlo de la liga”. Además, aclaró cuán importante considera la liga los conflictos relacionados con las apuestas:

“No hay nada más importante que la integridad de la competición, así que cualquier duda al respecto es un asunto muy serio para mí y para todos los que trabajamos por el bien de este deporte”.