El cuarto título mundial de Sudáfrica sirve para una novela o un documental. Desde sus festejos, pasando por partidos agónicos, hasta victorias sobre el final y por la mínima, y con historias curiosas y emotivas. En la última categoría entra, sin duda, Handré Pollard, el apertura al que el entrenador springbok no quiso llevar al Mundial de Rugby 2023. Y a quien el destino le tenía preparado otro final, que lo convirtió, una vez más, en el máximo héroe de su país.

En el momento en que Jacques Nienaber dio a conocer la lista de jugadores que representarían a Sudáfrica en el Mundial, comenzaron los murmullos y las críticas de varios, al no escuchar el nombre de Handré Pollard. Es cierto que el 10, que fue campeón del mundo y enorme protagonista en 2019, había sufrido una larga lesión y arrastraba inactividad. Pero muchos aficionados exigían su infalibilidad con el pie en la Copa del Mundo; y no estaban equivocados.

Nienaber optó en su lugar por Manie Libbok, un apertura impredecible y vertiginoso que implicaba otro estilo de juego. Durante los partidos previos al Mundial, y también en el primero del torneo, Libbok registró muchísimos fallos en sus envíos a los postes. Y los fanáticos, más que nunca, pedían por Pollard. Aunque ya era tarde… o eso parecía. Pero tras la lesión de Malcolm Marx, ante la posibilidad de convocar un nuevo jugador al plantel, el entrenador dejó de lado su orgullo y marcó el teléfono de Handré. Contó Pollard que, al atender, creyó que era una broma de sus amigos. No, para nada: era la historia que lo llamaba para ser escrita.

Se sumó entonces al equipo; “por la ventana”, podría decirse. La mala puntería de Libbok persistía y Pollard de a poquito parecía estar cada vez más cerca de tener su momento. A los 30 minutos de la semifinal frente a Inglaterra, el entrenador lo hace ingresar. Y a 120 segundos de que finalizara el encuentro, con “La rosa” arriba en el marcador por 15-13, Sudáfrica consiguió un penal a 50 metros de distancia. Pollard lo cambió por 3 puntos y decretó un 16-15 final. Le valieron, obviamente, la titularidad el próximo partido. Y tampoco falló. Anotó 12 puntos, todos los de su equipo, en una final del Mundial que acabó 12-11 a favor de los de verde y que les significó el cuarto trofeo de su historia. El 10 no erró ni una sola patada en todo el torneo. Handré Pollard, el héroe menos pensado.

Mira el penal de Pollard frente a Inglaterra

A menos de 3 minutos para el final, larguísima patada del 10 (@ScrumESPN en X).