Increíble pero real: por qué en Boston creen que Irving “está maldito”
Los Mavericks no pudieron frente a Boston Celtics y Kyrie Irving perdió su 13º partido consecutivo ante su ex equipo; la maldición que lo persigue.
Los Boston Celtics vencieron como visitantes y por 106-99 a unos Dallas Mavericks que, si bien acortaron una diferencia de 21 puntos, no pudieron llevarse su primera victoria en estas Finales de la NBA. Luka Doncic fue expulsado en los Mavs y Kyrie Irving debió hacerse cargo del equipo los últimos minutos, pero falló un triple y los de Dallas se quedaron sin esperanzas. ¿La razón? Algunos hablan de una maldición.
Los Mavericks deberán ganar como locales el Juego 4 si no quieren sufrir una barrida. Lo cierto es que están frente a una situación muy compleja y la historia no les brinda motivos para esperanzarse: nunca en los playoffs de la NBA un equipo revirtió un 0-3. El récord es de 156-0 y unos de los que más cerca estuvieron fueron los propios Celtics, que el año pasado igualaron la serie ante Miami Heat 3-3, luego de perder los primeros tres duelos, pero acabaron sufriendo un 103-84 en el Juego 5 ante los de Florida.
El panorama para los Dallas Mavericks es complejo y mucho. Y sobre todo si se tiene en cuenta que Kyrie Irving, su segunda gran figura, podría estar "maldito". ¿En qué se funda la teoría? El base de 32 años, luego de ser campeón con los Cleveland Cavaliers en 2016 y brillar junto a LeBron James, tuvo un mal paso entre 2017 y 2019 por los Celtics y se fue de la franquicia envuelto en conflictos con dirigentes e hinchas.
En 2022, regresó al TD Garden de Boston con la camiseta de los Brooklyn Nets, equipo al que se había ido tras su paso por Massachusetts, y protagonizó un polémico episodio. De forma intencional y provocadora, Irving pisó la cabeza del llamado “duende de la suerte” que está dibujado en el centro del campo de juego. Desde ese entonces, el base perdió los 13 partidos que jugó ante Boston. Lo increíble es que antes de eso tenía un récord favorable de 12-2. ¿Está maldito? No parece descabellado pensarlo.
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