Ya se conoce el primer semifinalista de Conferencia de la NBA. Los Minnesota Timberwolves vencieron a unos Phoenix Suns que contaron con todas sus estrellas, pero fueron incapaces de detener a Anthony Edwards y compañía. Además de una victoria que hace historia, el partido dejó entre sus momentos destacados una imagen muy particular: el de los Wolves Mike Conley lesionó a su propio entrenador, Chris Finch.
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Los Wolves estaban arriba en la serie por 3-0, pero no tenían intención de perder siquiera un duelo a fin de clasificarse a la siguiente ronda siendo locales. Fueron a Phoenix y brillaron. Los 33 puntos de Kevin Durant y los 49 de Devin Booker quedaron totalmente eclipsados por los 40 de Anthony Edwards, además de los 28 de Karl-Anthony Towns, y los de Minnesota acabaron ganando por 122-116, finiquitando así la serie por 4-0. Se esperaba más de los Suns de Durant, Booker y Bradley Beal. Pero fueron los Wolves, implacables defensivamente, aunque con un Rudy Gobert que no brilló como en otras ocasiones, los que siguen en carrera.
Los Timberwolves consiguieron un logro histórico. Pasaron de ronda de play-off después de 20 años; la última vez había sido en 2003, al vencer a Sacramento Kings por 4-3, aunque luego perderían frente a Los Ángeles Lakers. Probablemente, no surgirán viejos fantasmas, porque los Denver Nuggets vencen, por ahora, 3-1 a los angelinos. Y de allí saldrá el rival de Minnesota. Los Suns, por otro lado, consideran incluso echar a su entrenador Frank Vogel.
La lesión de Chris Finch
A falta de solo unos segundos para que terminara el encuentro, Devin Booker le hizo una falta intencional a Mike Conley, para que el 10 de los Wolves fuera a tirar desde la línea. Pero este no pudo detenerse y terminó chocando con su entrenador Chris Finch, que cayó al suelo muy dolorido, tomándose la rodilla. Finalmente, el coach de 54 años no pudo recuperarse y debió dejar el campo de juego siendo ayudado para caminar. El periodista Shams Charania sostuvo que podría tratarse de una lesión en el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Además de dolorosa, sin duda una lesión insólita.