Los últimos meses de James Harden han sido una verdadera montaña rusa. En conflicto, sobre todo, con Daryl Morey, “El barba” se ha ausentado en gran parte de la pretemporada luego de que no le concretaran el traspaso que había solicitado. A causa de su larga inactividad, en Philadelphia 76ers no lo consideraron preparado para el primer partido de una nueva temporada de NBA, frente a Milwaukee Bucks. Pero su ausencia no cayó bien en la liga, que investiga los motivos.

El entrenador de los 76ers, Nick Nurse, explicó días atrás que Harden se había ausentado a varios entrenamientos, por lo que, cuando regresó, se sumó a la práctica; pero no formó parte del equipo titular. Por ello, para que se pusiera a punto físicamente, decidió que se quedara en Philadelphia:

“Se quedará aquí y trabajará en la cancha con nuestro personal y con nuestros jugadores de G League; y nuestros jugadores de contrato de dos vías para tratar de ponerlo listo para jugar lo más pronto posible”, remarcó Nurse.

Pero la ausencia de una figura como Harden en un partido tan trascendental generó sospechas en la NBA. La liga tiene unas “políticas de participación” que obligan a los jugadores, sobre todo a los más reconocidos y que generan un gran atractivo televisivo, a competir siempre salvo “lesiones, motivos personales y circunstancia inusuales”. Infringir la norma puede significar una multa de $10.000 dólares.

El encuentro entre los Bucks y los 76ers ocupaba el horario central en la TV y era el más importante de la fecha. Por eso, la reacción de la NBA al conocer que Harden no sería parte. Desde la liga sospechan que realmente el MVP de 2018 no estuviera en condiciones de jugar, y creen que los 76ers podrían haber incumplido el reglamento:

“Estamos investigando los hechos en torno a la disponibilidad de James Harden esta noche para determinar si existe una razón aprobada para su falta de participación”, dijo su portavoz, Michael Bass.