El tenis italiano vive un momento de ensueño. Hace semanas, Jannik Sinner se convirtió en el número 1 del mundo y por el lado femenino una tenista italiana es la gran revelación de la temporada. Jasmine Paolini llegó a la final de Roland Garros (también jugó la de dobles) hace algunas semanas y nuevamente alcanzó el duelo decisivo de un Grand Slam. El próximo sábado enfrentará en Wimbledon a la checa Barbara Krejcikova por el título en Londres. Hasta el año pasado, Paolini no había podido ganar dos partidos en el mismo torneo de Grand Slam.

Jasmine Paolini tiene 28 años, pero no pisó realmente fuerte en el circuito hasta este año. Nunca antes había superado la segunda ronda de un Grand Slam, hasta que en el último Australian Open se coló en los octavos de final. A los pocos meses, consiguió en Dubai el primer Masters 1000 de su carrera (y su segundo título WTA), fue campeona en dobles del Masters 1000 de Roma junto a su compatriota Sara Errani y alcanzó su mejor posición histórica hasta ese entonces (15º). Llegó al último Roland Garros sin muchas expectativas, pero se convirtió en la revelación del torneo.

“Es una sensación increíble acceder a una final de un Grand Slam. Parecía imposible, pero es una realidad. Nunca soñé con esto, pero aquí estoy y es algo muy loco”, se sinceró antes de ser derrotada por Iga Swiatek.

Juega al tenis desde chica, pero siempre tuvo los pies en la tierra. “Soy una persona normal, no tengo nada especial, así soy yo. Ha sido todo un largo viaje, empecé a jugar al tenis cuando tenía 5 años y ahí me enamoré de este deporte”, dijo.. Y completó: “Empecé a entrenarme para ser profesional, soñaba con divertirme en esta profesión, pero nunca soñé con ser campeona de un Grand Slam o ser la número 1, nunca soñé tan grande. Quizá ni siquiera soñé con ser Top 10. Es increíble ver videos de Sinner, cuando tenía 15 años, decir que su sueño es ser Nº1; para mí, todo esto ha sido muy diferente”.

Nació en Castelnuovo di Garfagnana, Italia, pero tiene raíces de varios lugares. Su padre es italiano, pero su madre, polaca-ghanesa; y tiene un abuelo polaco y otro danés. Ella representa al país en el que nació y lo ha llevado a lo más alto. Llegó a dos finales de Grand Slam en solo dos meses. No pudo con Swiatek en Roland Garros, pero en Wimbledon la realidad es diferente. Llega como favorita, puesto que es la 7º preclasificada y Krejcikova, la 31º, aunque viene de vencer a Elena Rybakina. ¿Podrá poner la bandera italiana aún más alto? El ascenso de Jasmine Paolini hasta ahora es meteórico y hace creer que sí.