Los Philadelphia 76ers habían perdido los primeros dos duelos frente a los New York Knicks en la primera ronda de los playoffs de la NBA y necesitaban ganar el 3º para seguir con vida. Lo hicieron, por 125-113, y con un Joel Embiid deslumbrante. El pívot, último MVP de la liga, fue fundamental para la victoria y anotó ¡50 puntos! Pero tras el partido hizo una confesión inesperada sobre su salud.
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El camerunés, que se ha nacionalizado estadounidense y será parte del Dream Team de los próximos Juegos Olímpicos, llegó a la conferencia de prensa luego de la victoria con anteojos de sol, para sorpresa de muchos. Allí, confesó que padece lo que se conoce como parálisis de Bell, una condición que afecta al control muscular. Entre sus síntomas están la visión borrosa, los ojos secos, y la imposibilidad de mover parte del rostro.
Aun así, en medio de semejante dificultad, nada privó a Embiid de ser la gran figura del encuentro. Además de 50 puntos, aportó 8 rebotes y 4 asistencias y demostró que su visión no se había visto tan afectada. Sobre su parálisis, que puede ser producto de una alergia o un daño en los nervios faciales, dijo:
“Sí, es bastante molesto. Mi lado izquierdo de mi cara, mi boca y mi ojo. Ha sido duro. Pero voy a seguir luchando contra cualquier cosa. Es lamentable, así es como lo veo. Pero no es una excusa”.
¿Qué es la parálisis de Bell?
La famosa Clínica Mayo define la parálisis de Bell como una “afección que provoca debilidad repentina en los músculos en un lado de la cara”. El centro especializado indica que es un problema “temporal” y que “mejora significativamente” con las semanas, pero aclara que condiciona a la mitad del rostro en muchos casos y que incluso “cuesta cerrar el ojo del lado afectado”. La parálisis de Bell puede diagnosticarse indistintamente en adultos y jóvenes y también es conocida como “parálisis facial periférica aguda de causa desconocida”, asegura la clínica.