Justine Lindsay nació en Carolina del Norte hace 31 años. A los 5, según contó, comenzó a gustar de la música y la danza, gracias a una empresa que había llegado a su ciudad para promover allí el arte. Después de unos años, se volvió tan fanática como buena, por lo que le otorgaron una beca para una escuela de Danza en Los Ángeles. Tomó la oportunidad, y comenzó una nueva etapa en su vida, que la llevaría a la NFL.

Fue entonces, a sus 18 años, cuando decidió que sería una mujer trans y se llamaría Justine. Hizo sus estudios y se graduó como comunicadora. En los años siguientes, tuvo empleos de todo tipo, hasta que sus amigas la convencieron de audicionar para la NFL. Finalmente, fue reclutada por Carolina Panthers el año pasado e hizo historia al convertirse en la primera mujer trans en trabajar como porrista en la liga más prestigiosa de football americano.

En una entrevista a la revista Elle, Lindsay habló sobre cómo fue su incursión en la NFL como parte de las TopCats y dijo que pretende inspirar a otras personas a que persigan sus sueños hasta hacerlos realidad:

“Quiero cambiar la narrativa para mis hermanas y hermanos trans, sólo para hacerles saber que si tienes un objetivo, hazlo. Convierte ese sueño en realidad. Sé una animadora de la NFL, un médico, una enfermera o lo que sea que te propongas”, expresó.

Sin duda se trata de una persona que, seguramente, allanará el camino para una nueva época en la NFL. Esta temporada, la liga cuenta con 10 entrenadoras mujeres, el número más alto hasta ahora. Ello, junto a la presencia de Justine Lindsay entre las porristas, demuestra que el football americano está viviendo una transformación. La de Carolina Panthers sentenció:

“Estoy preparando las cosas para la generación más joven. Nadie va a detener este espectáculo”.