La caída de Donald Sterling, el magnate que fue echado de la NBA por racismo
El ex propietario de los Clippers protagonizó un escándalo racista en 2014 y llegó a ser la persona más odiada de Estados Unidos. Su amante, el gesto de los jugadores y el rol de Obama.
Allá por 1981, un humilde equipo de Nueva York llamado Buffalo Braves fue adquirido en 12,7 millones de dólares por un magnate llamado Donald Sterling, que había construido su fortuna a raíz de inversiones en propiedades. Sterling mudó el equipo a Los Ángeles y lo bautizó bajo el nombre de Clippers, a la sombra de los históricos Lakers. Estos Clippers eran uno de los peores equipos de la NBA y pasaron más de tres décadas hasta que pudieron hacer ruido en la liga. Pero en ese momento, tal vez el mejor de su historia, todo se derrumbó por la filtración de audios racistas de parte de su dueño.
Sterling conoció en 2010 a una joven llamada María Vanessa Pérez que pronto se convirtió en su secretaria y su mano derecha y en, ya que se volvió un secreto difícil de ocultar, su amante. Ella era 50 años menor, pero Sterling la sacó de la necesidad y le compró dos Bentleys y una Ferrari, una casa de 180.000 dólares en Beverly Hills y le dio 240.000 en efectivo para subsistir. Así que el vínculo se fortaleció y cuando el magnate iba a ver a los Clippers al estadio de un lado tenía a su mujer Shelly y, del otro, a María Vanessa Pérez, que pasó a llamarse V. Stiviano porque "no se sentía aceptada por su raza".
Tan cercanos se volvieron ambos, que en el verano de 2014 una conversación suya haría volar todo por los aires. Los Clippers estaban 2-2 ante los Golden State Warriors en una serie de playoffs, lugar donde no eran habitués pero al que habían accedido por segunda temporada consecutiva, y en la antesala del Juego 5, TMZ filtró un audio que Donald Sterling le había enviado a V. Stiviano, haciendo una suerte de escena de celos por una foto de ella con Magic Johnson.
“No tienes que caminar con gente negra. Me molesta mucho que quieras promocionar así tu pésimo Instagram, transmitir que te estás asociando con personas negras. ¿Es necesario que lo hagas?”, decía él.
Le respondieron: “Tienes un equipo completo que es negro y juega para vos: ¿eres consciente de eso?”. Pero Sterling redobló y le dijo a su “secretaria”: “¿Si lo sé? Los apoyo y les doy comida, ropa, autos y casas. ¿Quién se los da? ¿Alguien más se los da? ¿Quién hace el juego? ¿Yo hago el juego o ellos hacen el juego?”. El diálogo enseguida sacudió las redes y los medios y el repudio por Donald Sterling se volvió total. Stephen Curry llamó a sus rivales y les dijo que los apoyaría si decidían no jugar el quinto partido. Kareem Abdul-Jabbar lo describió como un “payaso racista”. LeBron James lo calificó como inaceptable. Y Barack Obama se pronunció: “Las declaraciones hablan por sí solas. Cuando las personas ignorantes quieren manifestar su ignorancia solo hay que dejarlos hablar”.
Finalmente, los jugadores de los Clippers decidieron presentarse al Juego 5, pero taparon con sus camisetas el escudo de la pista, como gesto de que no representarían a Donald Sterling. La presión sobre Adam Silver fue grande y el entonces flamante comisionado de la NBA obligó al multimillonario a vender la franquicia y alejarse de la liga. La negociación por la venta de los Clippers la gestionó su mujer Shelly, que acordó la cifra en 2.000 millones de dólares. El equipo fue comprado por otro magnate llamado Steve Ballmer, ex presidente ejecutivo de Microsoft, mientras que una encuesta de E-Poll ubicó a Donald Sterling como la persona más odiada de Estados Unidos, por encima de O.J. Simpson y Bernard Madoff, el estafador de Wall Street. El auge y la caída de un hombre con un patrimonio de 4.000 millones de dólares, pero con la misma cantidad de personas que lo detestan.
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