La confesión de un ex NBA: “No me queda mucho tiempo de vida”
Nate Robinson, que supo brillar en New York Knicks, habló sobre cómo transita su enfermedad y conmovió a todo el mundo del básquet.
Nate Robinson fue drafteado en el 2005 por los Phoenix Suns e inmediatamente traspasado a los New York Knicks. Fue allí, donde estuvo cuatro años, donde alcanzó su mejor nivel en la NBA, llegando a promediar 17 puntos en la temporada 2008-09. Además, los fanáticos lo recordarán por haber sido tres veces campeón del torneo de mates y por haber superado en la edición de 2009 a Dwight Howard, 33 centímetros más alto que él. Pero ya no son muecas lo que despierta el nombre de Robinson, sin angustia.
El base de 1,75, que jugó 10 años en la mejor liga de básquet del mundo y se retiró en 2016 vistiendo la camiseta de New Orleans Pelicans, anunció en 2022 que sufría una insuficiencia renal desde hacía cuatro años y que luchaba con aquello día a día: “Estoy compartiendo esto porque quiero ser la voz de aquellos que tienen problemas para hablar de esta enfermedad”, había escrito dos años atrás.
Pero su enfermedad se ha profundizado y Robinson contó a Daily Mail cómo es su vida, a los 39 años y condicionada por su deficiencia renal: “Me limpian la sangre para sacar mis toxinas y me ayudan mucho porque así es como vivo. Lo hago tres días a la semana, cuatro horas al día”, reveló. Con dolor pero esperanza, dijo que hace todo lo que está a su alcance para tratar de sentirse “lo más humano posible”.
La enfermedad de Robinson es consecuencia de su presión arterial y fue diagnosticada en 2006, cuando él era jugador de los Knicks. Pero el de la NBA la hizo pública recién dieciséis años después. En la entrevista, Nate Robinson consternó a quienes lo admiran y recuerdan con una frase contundente:
“No me queda mucho tiempo de vida si no consigo un riñón. Si no fuera por la diálisis, seguramente no viviría más de una o dos semanas”.
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