El Juego 2 de las semifinales de la Conferencia Oeste que disputaron Denver Nuggets ante Minnesota Timberwolves fue realmente desparejo. Los guiados por Anthony Edwards y Karl Anthony-Towns vencieron a Nikola Jokic y compañía por 106-80, dejando la serie 2-0 y permitiéndose ahora extender la ventaja en Minnesota. Uno que tuvo uno de sus peores partidos fue Jamal Murray, cuya actitud, además, le valió una sanción de la NBA.
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Murray perdió 4 balones y anotó 8 puntos, en uno de los peores niveles que ha tenido en postemporada. Frustrado por sus yerros y la superioridad de los visitantes, en un momento en el que estaba en el banco de suplentes, tuvo una polémica actitud. Anthony-Towns estaba por anotar una canasta cuando el canadiense arrojó una toalla y luego una bolsa térmica a la cancha. El árbitro no advirtió de dónde venía, por eso no fue falta técnica, y el de los Wolves pudo encestar. Pero, en caso de pisarla, habría sido muy peligroso.
Justamente por ello se quejó el entrenador visitante Chris Finch. Quiso demostrarle al árbitro Marc Davis que el lanzador había sido alguien del banquillo de los Nuggets: “Intentamos convencer a los árbitros de que probablemente no haya muchos fans en las gradas que tengan una bolsa térmica. Entonces, probablemente tuvo que venir desde el banquillo, lo cual les pareció lógico”. Pero el colegiado confesó que no estaba seguro de la procedencia. Tras el partido, declaró:
“No sabíamos que venía desde el banquillo. Si hubiéramos sabido que procedía de ahí, podríamos haberlo revisado bajo el desencadenante del acto hostil. La penalización habría sido una falta técnica”.
Tampoco Nikola Jokic, compañero y socio dentro de la cancha de Murray, fue condescendiente: “Yo nunca pierdo mis emociones y Jamal no debería hacerlo nunca más”, dijo tras el suceso. La NBA no le propinará a Murray una sanción deportiva, así que podrá estar presente en el Juego 3 de las semifinales de Conferencia. Pero deberá pagar como resarcimiento 100.000 dólares.