Es infrecuente, pero no inédita, la mudanza de un jugador de rugby al football americano. Tal vez uno de los más recordados sea Christian Wade, el wing de Wasps y la selección de Inglaterra que se pasó a la NFL, aunque sin mucho éxito. O Jordan Mailata, ofensivo de los Philadelphia Eagles también proveniente del rugby, que sí tuvo mayor influencia en la liga. Louis Rees-Zammit, quien hasta hace poco era uno de los mayores proyectos del rugby, es otro que intentará dar el golpe en 2024.
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Así como el wing galés de 22 años, otro que ingresó al programa International Player Pathway (fueron 16 jugadores en total) fue Travis Clayton, un joven nacido en Inglaterra que pasó su adolescencia jugando al rugby en el club Basingstoke, pero decidió probar suerte en la liga de Patrick Mahomes. En el puesto 221 del Draft de la NFL, los Buffalo Bills lo eligieron, basándose en sus esperanzadoras condiciones físicas: pesa 137 kilos y mide dos metros; y puede correr 40 yardas en 4,79 segundos.
“Sus valores mensurables están, ¡guau!, fuera de lugar”, opinó el gerente general de los Bills. Y la cuenta oficial de la franquicia también mostró toda su expectativa luego de elegir al gigante inglés de 22 años:
“¡SOLDADO BÚFALO!! Nuestro hombre Travis Clayton, reclutado por los Bills. Orgulloso es quedarse corto. ¡Basingstoke en el mapa de la NFL! ¡¡Ve a triunfar, Trav!!”.
El jugador asegura que su experiencia en deportes de equipo lo ayudará a insertarse a la NFL y se mostró con ilusión. Es, sin duda, una decisión arriesgada de parte de los de New York, la de elegir a alguien absolutamente inexperimentado en el deporte. Pero Clayton quiere transmitir confianza: “Siendo el rugby también un deporte de equipo, creo que eso ayuda enormemente, el conocimiento de mi equipo y lo que se necesita para comunicarse adecuadamente aquí y en el futuro, con suerte en la NFL. Más importante aún, jugar como forwards en el rugby ayuda con el aspecto físico y con la agilidad, y cosas así ayudarán”.