Se juntaron los mundos. Se mezclaron la WNBA, la NFL y la música. Caitlin Clark, la estrella de Indiana Fever que cerró una de las mejores temporadas de una rookie en la historia de la liga de básquet femenino, es ahora adorada también por los más fieles de Taylor Swift. ¿Por qué? Porque Angel Reese, con quien Clark tiene una clara rivalidad, entrevistó a la ex novia de Travis Kelce en su podcast y los swifties no lo tomaron bien.

El último episodio del podcast de Angel Reese, Unapologetically Angel, ha desatado un fenómeno en las redes sociales que ha reunido a los swifties en torno a la estrella de Indiana Fever. Caitlin Clark y Angel Reese tienen una rivalidad que se remonta a la escuela secundaria y alcanzó un punto álgido cuando los LSU Tigers de Reese se llevaron la victoria sobre los Iowa Hawkeyes de Clark en el partido por el campeonato de la NCAA 2023, culminando en un feroz enfrentamiento que ahora ha entrado en la arena profesional.

Reese, hoy en Chicago Sky, entrevistó en Unapologetically Angel a Kayla Nicole, ex pareja de Travis Kelce de los Kansas City Chiefs. Y quienes adoran a Taylor Swift, actual novia del ala-cerrada, tomaron el gesto como una especie de provocación. Así que aprovecharon para convertirse en fanáticos de Clark, conscientes de la rivalidad que ambas protagonizan.

Un viejo tuit los ayudó en su objetivo. Porque salió a la luz lo que Caitlin Clark escribió cuando el noviazgo Kelce-Swift se oficializó: “Taylor Swift, bienvenida al buen lado”, junto con el hashtag #ChiefsKingdom. Este gesto, alimentado por su lealtad de toda la vida al equipo, la ha acercado a la base de fans de Swift.

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Reese le preguntó a Nicole, para echarle leña al fuego, intimidades de su vínculo. Y cómo era el trato actual. “Nos hemos visto en espacios públicos antes, pero creo que ambos entendemos la naturaleza de su nueva situación... simplemente no hay espacio para que nos comuniquemos o reconozcamos públicamente sin que se transforme en algo loco”, explicó. Un tema sobre el que los swifties, dejaron claro, no quería oír.