En el puesto 28 del Draft de la NBA de 2012 los Oklahoma City Thunder eligieron a un chico llamado Perry Jones III, que se había lucido como ala-pívot en la Universidad de Baylor el año anterior y que muchos creían que sería seleccionado varias posiciones más temprano. Pero Jones III no pudo darle al equipo todo lo que esperaban de él y se alejó de la NBA después de tres temporadas y un promedio de 3,4 puntos por partido. Las lesiones tuvieron mucho que ver y, sobre todo, una experiencia que lo puso cara a cara con la muerte.

Hoy Jones III tiene 32 años y juega en el Al-Ahli de Arabia Saudita, lejos de los primeros planos. Pero, según confesó recientemente en el podcast de Theo Pinson, hubo una época en la que no solo no sabía si seguiría jugando, sino que tampoco creia que iba a continuar viviendo. “En mi segundo año, me puse muy mal. Enfermé hasta el punto en el que estuve cerca de morir. Fui al dentista unas semanas antes de la Summer League. Me trataron y me dijeron que regresara otro día. La boca me dolía”, comenzó narrando.

“Entonces, dos días más tarde voy al entrenamiento y me llevo un codazo. Dolió más de lo normal. Poco a poco podía abrir menos la boca. Días más tarde, recibí otro golpe. No podía abrir la boca, fui al dentista y después al hospital. Me hicieron unas pruebas y minutos más tarde me avisan que tienen que operarme de urgencia”, dijo. Y contó el casi fatídico desenlace:

“Tenía un virus propagándose en mi cerebro, y luego me dio como mínimo una semana y media de vida. Probablemente sufrí un derrame cerebral fatal o algo así. Lo llamaron como si se estuviera propagando dentro de mis vías respiratorias hasta mi garganta, como a mi cerebro. Es por eso que no podía ni abrir la boca... Me desperté, mi madre lloraba, mis amigos lloraban”.

Por suerte para él y su familia, el chico de entonces 21 años superó aquel episodio y pudo volver al deporte. Dejó Oklahoma para vestir las camisetas, primero, del equipo de la G-League que responde a los Thunder, y luego las de Iowa Energy y Windy City Bulls. Además, Jones III jugó en Rusia, Alemania, Taipei, Taiwán, Puerto Rico y Venezuela. El ex NBA dejó una anécdota que aún le produce angustia: “Recuerdo estar sentado en la cama, mirando la televisión... `Perry Jones no está aquí porque tiene dolor de muelas´, decían. Empecé a llorar. Estaba en la cama del hospital luchando por mi vida”.

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