NBA: Reggie Lewis, el jugador que murió por un diagnóstico erróneo
En 1993, el jugador de Boston Celtics Reggie Lewis falleció en pleno entrenamiento; había sido advertido, pero otro diagnóstico más optimista lo había convencido de volver a jugar.
Boston Celtics buscaba con esperanza algún joven que pudiera continuar el exitosísimo legado que Larry Bird había construido en la década del 80. El 3 veces MVP de la NBA ya tenía 30 años y los de Massachusetts debían comenzar a buscarle un sucesor. En 1986, habían seleccionado a Len Bias, quien falleció 48 horas después por sobredosis en un trágico e imprevisto desenlace. Y en 1987 su pick se llamó Reggie Lewis. Tristemente, tampoco Lewis podría desarrollar una larga carrera en los Celtics; a los 27 años, murió en pleno entrenamiento.
Los primeros años de Lewis fueron en paulatino ascenso. En la temporada 1991-92, su quinta en la NBA, las lesiones de un veterano Bird le allanaron el camino y el nacido en Maryland llegó a promediar más de 20 puntos por partido. Aquel año, fue reconocido como All-Star. La temporada siguiente mantuvo un nivel similar (y, de hecho, un idéntico promedio de puntos), pero el destino tenía planes imposibles de haber previsto.
En un partido de play-off de la temporada 1992-93, frente a Charlotte Hornets, Lewis se desplomó repentinamente y permaneció en el suelo algunos minutos. Se levantó mareado, perdido y, tras un fracasado intento de seguir jugando, fue sustituido. Cuando visitó a los médicos, luego de varios estudios y testeos, le diagnosticaron “cardiomiopatía focal”, un problema en el corazón que podía causarle una muerte repentina en situaciones de exigencia. La carrera de Lewis, al menos a partir de aquel diagnóstico, estaba acabada.
Pero el de los Celtics no estaba dispuesto a dejar el básquet, por lo que buscó otras opiniones. Hasta que Gilbert Mudge, doctor del Brigham and Women 's Hospital, le brindó algo de tranquilidad: le quitó seriedad al asunto y dijo que no había riesgo de muerte. Entonces, Lewis comenzó su puesta a punto y regresó a los entrenamientos de cara a la temporada 1993-94. Pero un día, en una práctica en la Universidad de Brandeis, volvió a desplomarse.
Y aquella vez fue la última, a pesar de vanos intentos por reanimarlo. La causa de su muerte fue “cardiomiopatía hipertrófica” y el 27 de julio de 1993 fue el último día de Reggie Lewis en este mundo. Un par de años más tarde, los Celtics retiraron el dorsal 35 como homenaje; algo poco frecuente con jugadores que no han sido campeones. Pero el de Lewis era un caso especial; y así fue su reconocimiento. Confió en un diagnóstico optimista, pero la vida no fue igual de condescendiente. Reggie Lewis y una de las historias más trágicas en la historia de la NBA.
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