Novak Djokovic es una estrella mundial. Para muchos, el mejor tenista de todos los tiempos. Para otros, todavía un “villano” que no consiguió el cariño que sí tuvieron Roger Federer y Rafael Nadal. Paradójicamente, algunos podrían considerarlo también el malo en esta historia: el serbio apoyó a Nikola Jokic en la victoria de su equipo, en el día en que LeBron James superó la barrera de los 40.000 puntos en la NBA.

El número 1 del ranking ATP estuvo presente en el Crypto.com Arena de los Ángeles para el encuentro que disputaron los Lakers y los Denver Nuggets. Junto a Vlade Divac, ex jugador de básquet y también serbio, alentó al equipo visitante, en el que juega otro compatriota: Nikola Jokic. El pívot se habrá visto motivado, porque firmó 10 rebotes y 35 puntos para vencer a los angelinos por 124-114.

El saludo entre Djokovic y Jokic

En plena entrevista, las estrellas serbias se abrazaron (Vía: X).

Justo cuando Nole estaba dando una entrevista, el gigante de 2,11 se acercó e interrumpió la misma para abrazarse con la estrella del tenis. ¡”Está viniendo!”, dijo Djokovic, que curiosamente estaba hablando de él. Con campera Lacoste y anteojos saludó a Jokic, que lo hizo parecer pequeño a pesar de sus 188 centímetros, e intercambiaron algunas palabras. Se trata de, tal vez, los dos deportistas más influyentes de Serbia en este momento.

Djokovic, ¿el villano?

Curiosamente, el día que Djokovic eligió para hacer su incursión en la NBA no fue uno más. En la derrota de los Lakers, LeBron James firmó 26 puntos y así superó la barrera de los 40.000 en su carrera, un hito que ningún jugador había conseguido hasta el momento. “The King” no se vio intimidado por la presencia de Djokovic entre los “aficionados” rivales y demostró a sus 39 años estar mucho más que solo vigente, aunque sí lamentó no haber conseguido una victoria.