La victoria de los Kansas City Chiefs frente a los San Francisco 49ers el último 11 de febrero, en el Super Bowl LVIII, quedó enseguida relegada cuando durante los festejos en la ciudad ocurrió un tiroteo con armas de fuego y una persona falleció, además de otras 20 que resultaron heridas. La conmoción entre los aficionados fue total y estos días se conocieron los cargos que enfrentan los acusados de protagonizar el delito.

Tres hombres fueron acusados por la fiscalía de Misuri, el Estado de la ciudad de Kansas City, por “compra-venta o tráfico ilegal de armas”. El comunicado insistía en la importancia de cumplir las leyes federales de armamento y sostenía:

“Al menos dos de las armas de fuego recuperadas de la escena del tiroteo masivo en Union Station fueron compradas o traficadas ilegalmente”.

Las tres personas que estuvieron implicadas en el crimen de las inmediaciones del Union Station luego del campeonato de la NFL son las siguientes: el primero es Fedo Antonia Manning, de 22 años, que ha sido acusado de 12 cargos. Entre ellos están: participar de la venta de armas sin licencia, emitir falsas declaraciones en documentos federales y conspiración por tráfico de armas. Aparentemente, habría comprado más de 15 armas sin licencia y una de ellas fue utilizada en el tiroteo.

Los otras dos imputados son Ronnel Dewayne Williams Jr., de 21 años, y Chaelyn Hendrick Groves, de 19. Williams Jr, que fueron acusados por declaraciones falsas al adquirir las armas, por complicidad y por falsa declaración a un agente federal. Groves, menor de 21, no habría podido comprar armas de fuego por lo que le dio dinero a Williams Jr. para que lo hiciera. La misma, una Stag Arms calibre 300, fue hallada en la escena del tiroteo.