¿Quién era Juan Izquierdo, el jugador uruguayo fallecido tras una arritmia?
La historia del futbolista uruguayo fallecido el pasado martes. Su origen humilde, el receso que se tomó del fútbol para trabajar como albañil con su papá y la promesa a su abuelo.
El fútbol mundial está de luto por la dolorosa noticia de que Juan Izquierdo, el defensor uruguayo de Nacional, falleció en la noche del martes. Fue como consecuencia de una arritmia que sufrió sobre el final del partido entre su equipo y São Paulo, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. Las redes sociales se llenaron de mensajes provenientes de todos lados: de clubes de todas partes del mundo, de familiares, de ex compañeros. Luis Suárez, que compartió plantel con él en Nacional, escribió: “Dolor, tristeza, difícil de explicar. Que en paz descanses y mucha fuerza para tu familia y amigos”. Una historia de humildad, gratitud y resiliencia que terminó como nadie hubiera deseado.
Juan Manuel Izquierdo Viana nació el 4 de julio de 1997 en Montevideo, en el barrio de Nuevo París. Empezó jugando al baby fútbol en el Club San Francisco de Asís y llegando, como miles de chicos en Sudamérica, más tarde de la cuenta a su casa. La pasión se veía desde entonces. Tuvo una infancia humilde. Sin grandes carencias, aseguró, pero tampoco abundancias. Aunque con una pelota le alcanzaba.
“Mi infancia fue jugando a la pelota todo el día, sin celular; no teníamos la posibilidad de tener esos lujos. Nunca me faltó nada. Mi padre siempre tuvo trabajo y mi madre se encargó de criarnos. Nunca anduve con zapatos rotos, pero tampoco tenía lujos”, reveló hace un tiempo.
Ya no en San Francisco de Asís, siguió formándose desde los 16 en Liverpool, donde jugó, por ejemplo, con una figura uruguaya como Nicolás de la Cruz. Pero en un tramo de su adolescencia, frustrado por no ser considerado en el equipo, hizo un paréntesis. Dejó el fútbol un tiempo y se puso a trabajar como albañil junto a su papá. “Mi padre no me dejaba trabajar, pero si yo quería ir me hacía levantar de mañana y trataba de inculcarme que las cosas cuestan. Era más que nada para hacerle compañía y hablar de la vida. Esos pequeños gestos me dejaron una enseñanza que le quiero inculcar el día de mañana a mi hija. Todo, aunque parezca fácil, cuesta”, contó sobre aquella íntima y conmovedora época.
Sin embargo, volvió a las canchas. Pero a Cerro Porteño, donde hizo su debut como profesional en 2018. Se consolidó en la zaga central y tuvo un gran desempeño, al punto de ser buscado por un grande del país como Peñarol, con quien firmó en 2019. Después de un año que no fue el esperado, en el que jugó solo 5 encuentros, pasó a las filas de Montevideo Wanderers. Allí se reencontró con su mejor nivel y en 2020 jugó 16 encuentros y convirtió dos goles. En Wanderers jugó la final del Torneo Intermedio, pero su equipo perdió con Nacional. De todos modos, lograron clasificar a la Copa Libertadores.
Mas Izquierdo no jugó el certamen continental, porque una vez finalizada la temporada se convirtió en refuerzo del C.A. San Luis de México. Fue su primera y única experiencia fuera de Uruguay y no fue la mejor. Después de solo 4 partidos, regresó a Wanderers, donde había sabido brillar; y donde volvió hacerlo. A tal punto que, luego de 30 partidos, lo llamó Nacional. Firmó con el tricolor, pero en febrero de 2022, recién llegado, se fracturó la tibia. Una lesión que lo marginó durante casi todo el año y que alteró sus planes. Ese plantel, de todos modos, fue campeón uruguayo de la mano de Luis Suárez. “A Luis lo veíamos por la televisión, me crié mirándolo en la Selección y en sus clubes, y tenerlo como compañero fue una experiencia inolvidable. A todos nos hizo sacar un plus positivo”, reconocería Izquierdo.
El defensor, en 2023, pasó a Liverpool en busca de más rodaje. Lo encontró. Y se volvió una pieza clave de un equipo en el que se convertiría en leyenda. Un gol suyo en la final del Torneo Intermedio ante Defensor le dio al club el primer título uruguayo de su historia; y a Izquierdo, el segundo consecutivo. Además, el defensor pudo disputar ese año, por primera vez, la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ganó otros tres títulos, convirtió tres goles y se transformó en uno de los mejores defensores de su país. Su consagración en el Torneo Intermedio se volvió aún más emotiva cuando el futbolista reveló lo siguiente.
“No compro con nada la felicidad y toda la paz que siento. Hace unos meses se me fue mi abuelo y antes de que partiera le prometí que sería campeón con Liverpool y lo pude cumplir”.
Su altísimo nivel hizo que Nacional volviera a darle una oportunidad, tras el accidentado paso en 2022. Regresó al Bolso este año, jugó 26 partidos y siguió demostrando la humildad que sus cercanos aseguran que siempre lo caracterizó. Cuando el histórico Sebastián Coates, de paso por la Premier League y larga trayectoria internacional, regresó a Nacional el mes pasado, y a sabiendas de que eso implicaría perder la titularidad, Izquierdo declaró: “No pasa nada. Tocará aprender. Es un monstruo”. Pasó muy poco desde entonces hasta el episodio que consternó al mundo del fútbol.
Juan Izquierdo estaba casado con Selena y tenía dos hijos: una nena de dos años y un varón de diez días de vida. La vida quiso que los pequeños crecieran solo con vagos recuerdos de su papá, un hombre humilde, bondadoso, trabajador, agradecido. Es que así lo describió su esposa en la conmovedora carta de despedida que subió a sus redes sociales: “Fuiste una gran persona, noble, amorosa y sin maldad. Fuiste un ángel en esta tierra y serás un ángel en el cielo”. Y así se mostró él mismo, tiempo atrás, cuando dejó una frase que hoy se resignifica y que no podría generar más nostalgia: “Aprendí mucho a valorar cuando tengo salud, que parece normal”.
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