Quién era Totó Schillaci, el goleador inesperado de Italia 90 que fue político y actor
Falleció a los 59 años el ex delantero de la Azzurra. El goleador de la Serie B que hizo historia en Italia 90, sus dotes actorales, el paso fugaz por la política y su enfermedad.
El mundo del fútbol está de luto porque a los 59 años falleció en Palermo, Sicilia, uno de los personajes más relevantes en la historia de los Mundiales. Se trata de Salvatore “Totó” Schillaci, que había sido recientemente internado por un cáncer de colon que lo acechó los últimos dos años de su vida. La épica historia del “goleador más inesperado” del Mundial de Italia 90, que nunca brilló en la élite, pero hizo feliz a un país, que probó como actor y fue parte de un reality y que hasta se lució como concejal. “Mi vida no es estable, estoy siempre girando”, decía y con mucha razón.
Salvatore Schillaci nació en Palermo en 1964 y su infancia fue humilde, como la de muchos del sur de Italia. Nunca fue de los que brillaban rotundamente como adolescentes, o que hacía más goles que nadie y se ganaba las miradas de todos. De hecho, su debut como futbolista profesional se dio en el club Messina, que alternaba entre la Serie B y la C, y durante seis temporadas no fue sino uno más entre los delanteros del ascenso italiano. Hasta que convirtió 23 goles en 35 partidos y la Juventus le prestó atención. Eso fue en 1989, solo un año y medio antes de que Totó Schillaci se convirtiera en la tapa de todos los diarios del mundo.
A nivel clubes, su carrera jamás explotó como hubiera deseado. Ganó una Copa Italia y una Copa UEFA con la Vecchia Signora, pero no pudo aportar goles a la causa. Después pasó al Inter de Milán, pero solo festejó 11 tantos en un lapso de dos años, por lo que en 1993 emigró al fútbol japonés. Raro, para quien había alcanzado la gloria con su selección un par de años atrás. Pero algunas lesiones lo habían perjudicado, Japón pagaba grandes salarios y otras estrellas del fútbol mundial también comenzaban a aventurarse en oriente: Zico, Dunga, Gary Lineker, entre otros. Fuera de los flashes, Schillaci jugó en el Júbilo Iwata hasta 1997, cuando anunció su retiro del fútbol.
Mira el video
El goleador inesperado de Italia 90
Claro que falta un episodio central en su historia, sin el cual tampoco se estaría escribiendo esta. Schillaci “se metió por la ventana”, como dice la jerga, al Mundial de Italia 90. No brillaba para nada en Juventus, pero Azeglio Vicini, entrenador de la Azzurra, apostó por él como una alternativa de la delantera titular que conformaban Andrea Carnevale y Gianluca Vialli. Las vueltas de la vida hicieron que un joven prodigio llamado Roberto Baggio y este desconocido goleador les robaran sus puestos. Schillaci entró como suplente en el primer partido del Mundial ante Austria y 3 minutos después anotó el necesario 1-0. “El salvador de Italia”, lo llamaron. Y aún faltaba casi todo.
Le hizo un gol a Checoslovaquia, uno a Uruguay, uno a Irlanda, uno a Argentina en las semifinales y uno a Inglaterra por el tercer puesto. Terminó el Mundial de Italia 90 como el goleador, con 6 tantos. Aquel suplente que solo se había lucido en la Serie B. Aquel humilde siciliano que no sabía siquiera si tendría minutos en la gran cita. Argentina lo derrotó por penales en semifinales en aquel partido inolvidable que tuvo al país dividido gracias a Diego Armando Maradona e Italia debió conformarse con completar el podio. Pero no por eso la hazaña de Totó Schillaci fue subestimada. Increíblemente, solo jugó otros 9 partidos en su selección y convirtió un gol. Nadie lo podría haber presagiado, al menos mientras el delantero gritaba eufórico los seis tantos de aquel Mundial. ¿Quién iba a pensar que su suerte había sido solo de un mes? Tal vez lo fue, pero alcanzó para convertir a Salvatore Schillaci en una auténtica leyenda.
Totó, en el cine y la política
“Mi vida no es estable, estoy siempre girando”, afirmaba el delantero que tras su retiro jamás se quedó quieto. Schillaci, inspirado según él en Robert De Niro, actuó como mafioso en la serie Squadra antimafia y salió tercero en el reality show La Isla de los Famosos. También actuó en películas como Love, Lies and Football e Il mio amico y escribió su autobiografía Il gol è tutto (“El gol es todo”). E incursionó en la política, como si algo le faltara: fue concejal durante dos años por Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi. Más tarde, Totó Schillaci fue comentarista de la cadena televisiva RAI, fundó un centro deportivo en su ciudad natal y compró el U.S. Palermo, un equipo de jugadores amateurs a los que ayuda en su formación. Era verdad: estaba siempre girando.
A mediados de 2022, le diagnosticaron cáncer de colon y el ex delantero no ocultó sus temores: “El mundo se me cayó encima, caí en una depresión, tenía miedo de morir. Me vino de todo a la mente”, dijo cuando recordó aquel momento. Luego sufrió dos operaciones y este año le encontraron una “manchita en la cervical” que le quemaron por medio de radioterapia. La situación se agravó días atrás y debió ser internado en un hospital de Palermo, donde falleció en la madrugada del 18 de septiembre. Deja como legado tres hijos: Jessica y Mattia, de su primera esposa Rita Bonaccorso, y Nicole, a quien tuvo con Bárbara. Pero, además, una de las anécdotas más inolvidables en la historia de los Mundiales. Hasta siempre, Totó Schillaci.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión