Con 37 años, Lionel Messi brilló con tres goles y dos asistencias en la victoria 6-0 de la Selección argentina ante Bolivia, como local, en las Eliminatorias sudamericanas de cara al Mundial de 2026. El estadio se rindió a sus pies y el rosarino hizo valer toda su experiencia. Parece imposible recordar que alguna vez fue un niño introvertido que daba sus primeros pasos en el FC Barcelona, donde se hizo leyenda. Pero fue así. Y de un día histórico hoy se cumplen 20 años.

Corría la séptima fecha de la liga española. El FC Barcelona visitaba al clásico de su ciudad, el Espanyol, en el viejo estadio Olimpic Lluis Company. En el 11 del equipo culé, nombres de peso Deco, Samuel Eto'o, Carles Puyol, Ronaldinho; y en el banco de suplentes, un chico de 17 años que todavía no sabía si era sería su tarde. Frank Rijkaard era el entrenador de los blaugranas y Lionel Messi el chico que esperaba de su parte la orden para ingresar. Orden que llegaría en el minuto 82; orden que cambiaría para siempre el fútbol.

El partido comenzó con un temprano gol de Deco a los 9 minutos tras asistencia de Eto'o y ese resultado perisistió durante todo el encuentro. En el segundo tiempo, el autor del gol parecía cansado y Rijkaard se dispuso a meter mano. Sacó al portugués en el minuto 82 y en su lugar ingresó un morocho argentino con medias altas, camiseta dentro, una raya que le dividía el pelo y un poco característico dorsal en su espalda: el Nº30. La incidencia fue escasa. El arquero rival Carlos Kameni le sacó de la cabeza la única pelota que parecía clara y, en la última del partido, no pudo hacer prosperar un ataque por la derecha.

Pitido final. “Barça 1-0 al Espanyol”, decían las gráficas. Solo algunos rescataban que también había sido el debut oficial de un tal Messi; es que no sabían aún “quién” era. No tenían la culpa. La Pulga había debutado el 16 de noviembre de 2003 de manera no oficial en una derrota 2-0 como visitante ante el Porto que, curiosamente, dirigía José Mourinho; un DT al que enfrentaría y mucho. Debieron pasar 11 meses para que el rosarino pisara el césped en un duelo oficial. Aquella tarde ante el Espanyol, con 17 años y 114 días, Messi se convirtió en el jugador más joven en debutar en el Barça. Hasta entonces, claro, porque luego lo superaron Marc Muniesa, Gavi, Bojan Krkic, Pau Cubarsí, Ansu Fati y Lamine Yamal y hoy es el séptimo de la lista.

“Estos 10 minutos los recordaré toda mi vida, soy muy feliz”, dijo tímidamente el 30 luego de la victoria culé, antes de regalarle su camiseta a una persona muy especial: Celia María Cuccittini, su madre, que lo había seguido desde Rosario. El entrenador Rijkaard dejó claro que su ingreso no fue ningún “premio” y lo apoyó desde ese día. “Los jugadores de las divisiones menores pueden jugar en cualquier momento. Si no fuese así, convocaría a mis amigos. La entrada de Lionel no fue un premio, sino un merecimiento por su calidad y porque vi a Deco un poquito cansado. Messi es zurdo, tiene un dribling muy bueno hacia dentro y puede patear con su pierna izquierda”. Claro, entonces no se conocía mucho más que su zurda…

Así fue el debut de Messi

En el Espanyol hubo cinco argentinos como él que tuvieron el privilegio de ser testigos de aquel inolvidable 16 de octubre de 2004. Mauricio Pochettino, Hugo Ibarra y Maximiliano Rodrígez fueron titulares en el equipo local y, aunque no podrían haber previsto la trascendencia de ese partido, hoy pueden jactarse de haber sido parte de un recuerdo indeleble en la memoria de los futboleros. Pasó poco tiempo hasta que la Pulga se convirtió en Messi. Y hasta que Messi se convirtió en el mejor del mundo. Un lustro después de su debut, ya estaba alzando su primer Balón de Oro, en 2009. Llegaron los títulos de liga, las cuatro UEFA Champions League, los goles, la Copa América… el Mundial de Qatar 2022. A aquel ante el Espanyol le siguieron otros 1075 partidos, 843 goles y una historia propia de una leyenda. Pero cuya primera página siempre será la misma: la escrita el 16 de octubre de 2004.