Todos en Memphis esperaban con ansias el 19 de diciembre. Tal vez haya sido la fecha más añorada este fin de año, por encima de la Navidad o el Día de Acción de Gracias, porque ese martes Ja Morant volvía a ponerse la camiseta de Memphis Grizzlies tras 8 meses y 25 partidos sin jugar en la NBA. Lo hizo; y tuvo un nivel real e inesperadamente espectacular.

Antes de que comenzara esta temporada, Morant se había mostrado en redes sociales portando un arma de fuego, por lo que la NBA lo suspendió durante 25 partidos; es decir, todavía no había representado a los Grizzlies hasta aquí. Además, el base tuvo recientemente otros conflictos legales y debió declarar la semana pasada en la Justicia por agredir a un adolescente en un partido de básquet callejero, en Tennessee. Razones de sobra para ser cauteloso sobre su regreso, del que nadie esperaba demasiado.

Equivocados aquellos, porque Morant volvió y con un nivel estratosférico; y protagonizó un final de película. Acabó el encuentro con 34 puntos, 6 rebotes, y 8 asistencias. Sobre el final del encuentro, cuando los Grizzlies empataban en 113 frente a New Orleans Pelicans, y tras remontar 19 puntos de desventaja, Morant se hizo cargo de su equipo. Quedaban 9 segundos en el reloj, se tomó su tiempo, eludió a Herbert Jones, dio un giro, encestó un doble; y generó la locura grizzlie.

Fue una performance de película sin duda: victoria, figura, máximo anotador, héroe en el final; y todo, tras una larga suspensión a causa de sus repetidas inconductas. Todos en la NBA desean que aquello sea parte del pasado, y que el jugador de 24 años finalmente se dedique a desplegar todo su talento, que no es poco, dentro del campo de juego. Morant, por su parte, también espera que así sea:

“He pasado por muchos días duros. El baloncesto es mi vida, lo que amo, es terapéutico. Estoy emocionado por volver”, declaró tras el triunfo.

La jugada con la que Morant cerró el encuentro

Sin más tiempo en el reloj, Morant y un doble ganador (Vía: X).