LeBron James y Los Ángeles Lakers festejaron un nuevo título tras ganar la primera edición del In Season-Tournament de la NBA. Pero eso no es todo para el jugador de casi 39 años, que sigue proyectando objetivos y parece insaciable. LeBron ya dejó claro hace un tiempo que “tiene interés” en jugar los próximos Juegos Olímpicos, aunque dependerá de su físico al final de la temporada: “Quizá voy a tomar rebotes y pasar la pelota un rato”, bromeó, consciente de las figuras que lo rodearán; como si él no fuese una.

Pero además de su afán de poner a Estados Unidos en lo más alto del básquet, luego de una eliminación en semifinales en la última Copa del Mundo de la FIBA, LeBron tiene serias aspiraciones de jugar con su hijo Bronny la próxima temporada. El hijo mayor de “King James”, que regresó este fin de semana al básquet universitario, se perfila como selección de primera ronda en el próximo Draft de la NBA y podría convertirse en el primer jugador en enfrentar a su padre en un partido de la liga estadounidense.

Ya hablando del mediano y largo plazo, cabe destacar que LeBron tiene grandes metas a nivel empresarial y de negocios: ser propietario de una franquicia de NBA es la más concreta y de la que más habla. Las Vegas es una ciudad que suena fuerte para albergar un futuro equipo y, como la final de la “Copa NBA” se jugó allí, James aprovechó para sutilmente recordar su objetivo:

“Tienen todo: un equipo de WNBA, un equipo de béisbol está en camino, ya está el de NFL, el de hockey, la Fórmula Uno estuvo aquí hace unas semanas. Todo está aquí, es un lugar que me encanta, con grandes atracciones, la NBA va a ser una gran incorporación a esta ciudad”.

No es una sorpresa el deseo de LeBron. De hecho, cuando Adam Silver, comisionado de la NBA, le entregó al 23 el premio al MVP del In-Season Tournament, bromeó diciendo: “Lamento que no venga con una franquicia”. Y es que James se ha convertido en un verdadero empresario en el rubro deportivo. Ostenta acciones en los Boston Red Sox de la MLB, en el Liverpool F.C. y los Pittsburgh Penguins de la NHL, entre otros. Y anhela que una franquicia de la NBA se sume a ese grupo. Con casi 39 años, LeBron James se permite seguir soñando en grande: jugar con su hijo, representar a su país en los JJ.OO. y poseer un equipo de baloncesto.