Los Sacramento Kings recibieron a los New Orleans Pelicans en un duelo que era sumamente decisivo para esta temporada de la NBA. Ambos equipos peleaban entre sí por un puesto en playoffs sin necesidad de pasar por el play-in cuando solamente restan dos partidos. Pese al resultado, lo que más acaparó la atención de los fanáticos fue una situación muy particular que ocurrió a poco del final.

Cuando faltaban 46 segundos para que acabara el partido, y la victoria parcial de los Pelicans era por 134-123, se oyó el silbato del árbitro que expresaba la detención del juego. ¿El motivo? Impensado. Un aficionado, cuya identidad no se supo, lanzó al campo de juego un trozo de comida. Cayó en el medio de la cancha y debieron quitarlo con una toalla para poder continuar. El proyectil era una alita de pollo frito.

Muchos se preguntaron a qué se debió tal bizarra acción y la teoría que más resonó fue que era una burla para Zion Williamson. De hecho, la transmisión oficial lo enfocó enseguida luego de observar que se trataba de una alita de pollo. Es que el ala-pívot de los Pelicans, uno de los jugadores más potentes de la NBA, ha lidiado con sobrepeso en algún momento de su carrera y se ve que la afición local quiso recordárselo, ofuscados por la derrota y por el hecho de no haber podido dejar el octavo puesto de la Conferencia Oeste.

Pese a la broma, si es que lo fue, lo cierto es que Williamson demostró estar físicamente implacable. El jugador de 1,98 metros y 129 kilos dejó en evidencia todo su poderío con 31 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias. Los 27 puntos de Trey Murphy III y los 31 de C.J. McCollum también ayudaron al resultado final: 135-123. Los Pelicans están en la 6º posición, mientras los Kings, por ahora, deberán verse las caras con Golden State Warriors por un lugar en los cuartos de final de Conferencia.