La mudanza definitiva de Shakira a Miami tras su separación de Gerard Piqué ha desatado una serie de desafíos, especialmente en lo que respecta a la venta de su lujosa mansión en la exclusiva North Bay Road. Valorada en 11 millones de dólares, la propiedad es un hogar emblemático para la cantante colombiana desde 2001, cuando la adquirió por 2.5 millones de dólares.
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Desde su decisión de establecerse en Estados Unidos el año pasado, Shakira buscó vender la mansión para buscar un nuevo espacio que se ajuste a su estilo de vida actual. Sin embargo, según reveló Omar Suárez durante el programa "Fiesta" de Telecinco, la negociación se convirtió en una verdadera odisea debido a problemas estructurales significativos.
Una de las complicaciones más destacadas es la cercanía de la propiedad a las alcantarillas de Miami, lo que generó problemas de inundaciones y afectaciones a los sistemas de plomería de la mansión cada vez que hay fuertes lluvias. Según fuentes cercanas, la infraestructura de la casa está diseñada de tal manera que los baños se ven particularmente afectados, situación que ha desalentado a potenciales compradores.
"El costo estimado para elevar la propiedad sobre el nivel del mar y realizar las modificaciones necesarias para resolver estos problemas es significativo y técnico", explicó Suárez. "Esto ha limitado considerablemente el mercado interesado en la propiedad".
La mansión, conocida por su diseño minimalista y vistas panorámicas a la bahía, cuenta con 750 metros cuadrados de construcción y casi 2000 metros cuadrados de espacio exterior, incluyendo amplias áreas de entretenimiento y un gimnasio privado. Estas características, aunque atractivas para algunos compradores, son opacadas por los desafíos estructurales y de infraestructura que enfrenta la propiedad.
Shakira, quien expresó su deseo de encontrar una residencia más adecuada y privada en una isla privada de Miami, está evaluando sus opciones mientras continúa el proceso de venta. La cantante señaló la importancia de encontrar una solución que garantice la funcionalidad y seguridad de la propiedad para futuros dueños.