En un giro sorprendente, la biografía reciente del afamado biógrafo de celebridades Tom Bower, titulada "The House of Beckham", sacó a la luz los detalles detrás del conflicto entre Meghan Markle y Victoria Beckham.
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Según el libro, la relación entre ambas se vio afectada por malentendidos y diferencias sobre estatus social y riqueza. Bower sostiene que Meghan, familiarizada con la alta sociedad californiana y recién integrada a la familia real británica, se consideraba en una posición social superior a la de Victoria. Sin embargo, se sorprendió al descubrir que los Beckham tenían una fortuna y acceso a lujos mucho mayores que los suyos.
Uno de los principales puntos de tensión fue la disparidad económica; Meghan, como duquesa de Sussex, se sintió incómoda al ver que los Beckham disfrutaban de propiedades, jets privados y una vida lujosa que ella también anhelaba.
El quiebre en la relación llegó cuando un tabloide británico afirmó que Victoria había ofrecido consejos de maquillaje a la ex actriz, lo que enfureció a Meghan, ya sensible por la intrusión constante de los medios en su vida privada. En respuesta, el príncipe Harry se quejó con David Beckham, intensificando aún más las tensiones entre ambas parejas.
Además, la estrecha amistad entre el príncipe Guillermo y David Beckham desde el sorteo de la Copa Mundial de 2010 complicó aún más las cosas. Esta relación cercana irritaba a Meghan y Harry, quienes veían la presencia frecuente de David junto al heredero como una fuente de inseguridad y resentimiento.
En un gesto que alimentó la controversia, los duques de Sussex decidieron no invitar a los Beckham al almuerzo de su boda, a pesar de haber incluido a otras celebridades como George Clooney, quien Meghan no conocía personalmente. Este acto fue interpretado como un desaire hacia los Beckham y profundizó la animosidad entre ambas familias.